Tras la misteriosa desaparición en 1995 de Richie Edwards -uno de los "expedientes X" del rock, y declarado muerto-, Nicky Wire (bajo) pasó a ser el letrista principal de Manic Street Preachers, que interpretan hoy en el Music Way de Santiago (Recinto Ferial de Amio) éxitos contenidos en la recopilación "National Treasures". Célebre por sus declaraciones polémicas, Nicky Wire se muestra amable y risueño al teléfono.

-¿Se cierra una etapa en la carrera de los Manics con el recopilatorio?

-Sin duda. Serán los últimos conciertos desde que fue publicado, hace un año, y sentimos que tenemos que seguir adelante. Le tenemos cariño a nuestra trayectoria de veinte años, pero el próximo álbum será un tanto diferente. Tenemos que reinventarnos otra vez. Si podremos hacerlo o no, no estoy seguro; pero sí, es el final de una etapa.

-¿Tienes alguna pista de esa nueva dirección?

-Viajar es muy importante para nosotros. Nos proporciona inspiración para el disco y nos hace ver el fantástico mundo que hay ahí fuera. Somos unos privilegiados por tocar en lugares donde nunca antes habíamos estado. Acabamos de estar en Corea del Sur. Ahora tocaremos en Santiago de Compostela. Letonia, Croacia... Hay una historia en todas partes, no importa lo grande o pequeño. Siempre hay algo interesante.

-Galicia es una de las "siete naciones celtas", como Gales. ¿Qué significa para ti ser galés?

-Me siento muy cómodo con ello. Me siento muy feliz de mis orígenes, afortunado por el entorno en el que crecí. Me dio muchos deseos de aprender y experimentar. Más que algo patriótico, me dio un buen bagaje para abrirme camino en el mundo.

-¿Te molestaría si alguien, por error, te llamase "inglés" en Galicia?

-Ummm... Sería irritante [risas], pero tampoco tendría mucha importancia. No ocurre con frecuencia, tendrías que haberme preguntado hace veinte años, cuando pasaba a menudo. Pero ha habido tanta buena música que ha salido de Gales...

Estoy muy intrigado con Galicia. He hecho una pequeña investigación y parece un lugar muy independiente. Llegaremos el día anterior [por ayer], así que tendremos tiempo de pasear por la ciudad y empaparnos de todo.

-¿Aprovechas las giras para conocer las ciudades donde tocáis?

-Es una de las grandes alegrías de nuestras vidas [ríe]. Tomar un café, visitar un museo... Saco un montón de fotos con mi Polaroid. Si ves en Santiago a un galés alto con una Polaroid, sabrás que soy yo [risas]. Acabamos de tocar en Corea del Sur y he paseado por Seúl, una ciudad de 11 millones de personas. A la vuelta he visitado a mis padres en un lugar que debe de tener trescientos habitantes [ríe]. Estoy deseando ir a Galicia.

-Se ha calificado siempre a los Manics como una "banda de la clase trabajadora". ¿Estáis cómodos con esa etiqueta?

-Sí. Así es como somos y como crecimos, en un periodo muy político. Durante los 80, con Margaret Thatcher en el poder, había muchas huelgas, socialistas contra conservadores... Estudié política en la universidad... No diría que todas nuestras canciones son profundamente políticas, pero hay algo ahí que habla por ti. Aunque hemos tenido éxito y ganado mucho dinero, somos todavía un grupo de la clase trabajadora.

-Vuestra canción de mayor éxito, "If you tolerate this your children will be next", está inspirada en la Guerra Civil Española. ¿Te basaste en tus lecturas sobre el tema?

-En mis estudios universitarios [se graduó en Historia Política] había mucho sobre la Guerra Civil Española. Leí "Homenaje a Cataluña", de Orwell. También la canción de los Clash, "Spanish bombs"... Siempre me ha interesado. Fue una situación tan triste e inexplicable... Estoy orgulloso de la letra. No creo que sea prejuiciosa, es pura historia social. Espero que nuestra generación no pase por algo así. Muchos galeses combatieron en las Brigadas Internacionales, en un acto desinteresado, sólo por creer en una causa. Cuando salió la canción la tocamos en Las Ramblas ante cinco mil personas. Todo el mundo la cantó y fue un momento mágico.

-Vuestro álbum "Journal for plague lovers" (2009) fue vuestro mayor éxito de crítica. ¿Influyó decisivamente el hecho de que fuese escrito a partir de letras dejadas por vuestro compañero Richey Edwards, misteriosamente desaparecido en 1995?

-Sí. Las letras de Richey, como ya se vio con el álbum "The Holy Bible" (1994), nos hacen sonar como un grupo diferente. Escribí letras con Richey para "Generation terrorists" (1992) y "Gold against the soul" (1993). Somos una banda más comercial con mis letras. Las de Richey eran una cumbre de inteligencia. Él era más un novelista que un letrista. Estamos orgullosos de haber terminado ese disco, nos sentíamos como la banda que éramos diez años atrás. Fue una sensación mágica.

-¿Sonó alguno de vuestros temas en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres?

-Soy un gran aficionado al deporte y a los Juegos. No me interesan particularmente las ceremonias de inauguración [risas]. Pidieron que tocáramos en la clausura, pero rechazamos la invitación porque nunca actuamos ante la realeza. Amo el deporte. Los de Moscú fueron unos de mis juegos favoritos, en Barcelona fueron fantásticos y Londres estuvo a ese nivel.

-Han pasado once años desde que tocásteis en Cuba. ¿Os arrepentís de ello? ¿Os ha causado problemas en Estados Unidos?

-No me arrepiento a nivel personal, fue muy inspirador. Pero le causó muchos problemas al grupo, no solo en Estados Unidos. Los países del Este pensaron que estábamos apoyando el comunismo, cuando el comunismo totalitario había arruinado sus vidas. No fuimos allí para eso, sino porque pensamos que Cuba había sido presionada por EE UU y que Cuba tenía aspectos muy positivos, como el sistema sanitario y la esperanza de vida, más alta que en Norteamérica. Nos causó problemas con los visados y otras cosas, pero tienes que correr riesgos.

-¿Qué os dijo Fidel Castro entonces?

-Tras el concierto nos llevaron a una sala. No sabíamos qué pasaba. Allí estaba Castro. Nos dimos la mano y hablamos durante unos 25 minutos. Se le veía interesado. Nos preguntó sobre Gales y nos dijo que "las baterías suenan más fuerte que las guerras", una gran cita. Fuimos a ver un discurso suyo al día siguiente en Santa Clara. Le volvimos a saludar... Fue como estar en una película. Como Forrest Gump cuando saluda a Kennedy [risas]. Ahora me pregunto si realmente ocurrió, porque fue surrealista. Pero cuando el grupo termine creo que lo recordaremos con orgullo.

La conversación vira hacia el fútbol. Nicky Wire pudo haber sido jugador profesional si no fuera por unos problemas de espalda y de rodilla. A los 14 años fue capitán del equipo escolar de Gales y le ofrecieron probar en el Arsenal y en el Tottenham Hotspur, el equipo del que es un gran hincha.

-A Liam Gallagher lo echaron hace poco del estadio del Madrid.

-Sí, lo he visto [risas].

-¿Sois acérrimos del fútbol en el grupo?

-De niño me enamoré del Tottenham de Glenn Hoddle, y todavía soy un gran seguidor de los Spurs. James [Dean Bradfield, voz y guitarra] es del Nottingham Forest, y Sean [Moore, batería] es del Liverpool. No tenemos ningún problema [risas]. Pero no he visto un equipo mejor que la Selección Española de los últimos cuatro años, es un equipo extraordinario para ver.

-¿Puedes nombrar grupos nuevos que te gusten?

-Future of the Left, me encantan. Y Cian Ciaran, de Super Furry Animals, ha publicado un álbum brillante. Es como la Plastic Ono Band y un poco Dennis Wilson. Hay muchos buenos discos en este momento, pero no creo que haya un grupo clásico del que te puedas enamorar. Ya vendrán.

-Completa la frase: "Lo dejaremos cuando nos demos cuenta de que...".

-Cuando nos demos cuenta de que ya no somos relevantes. Cuando dejemos de suscitar emoción en nosotros y en el público. Al tocar nuestro último álbum, "Postcards from a young man" (2010), vemos que es muy bien recibido por el público. Sería más fácil convertirnos en una banda-museo. Paul Weller siempre evoluciona y es una inspiración para nosotros. Me conformo con llegar a la mitad de donde ha llegado él.