En el año 1942, el gaiteiro Antonio Represas García "O Marreco", de Ponteareas, sufría el expolio de su gaita, construida a la perfección con una anilla de marfil en el remate de la campana. Desde ese día, se mantuvo trece años sin tocar al considerar que no podía hacerlo en un instrumento de inferior calidad. El sortilegio tuvo fin a mediados de los años 50 cuando volvió tímidamente hasta que, en los 80, reencontró el sonido añorado gracias al artesano Xosé Manuel Seivane. La historia la relata Ibáñez en el libreto de Alén do Mar que, como homenaje, abre el disco con una melodía en honor al viejo gaitero: "Muiñeira do Marreco".

Esta pieza así como las restantes del álbum debut de Ibáñez muestran el universo y "experiencia vital" de este artista de Poio (Pontevedra) que se estrena con un trabajo resultado de años de recopilación por Galicia y América, donde fue profesor de gaita durante años.

Es su disco un reencuentro con la tradición pero reinterpretada desde las coordenadas actuales mostrando siempre un respeto total por la herencia. Como añadido, su trabajo ofrece al público una nueva visión de la música tradicional.

"Estudando as gaitas nas marxes do río Lérez (Pontevedra), atopeime co poema de Ramón Cabanillas -O fillo de Celt-, de feito di Xurxo Souto que me atopei coa profecía", señala.

Pero esos márgenes del fluvial nacido en la Serra do Candán le han brindado también a Óscar Ibáñez otro tema, "Muiñeiras do Lerz". Este coge el testigo del boticario Perfecto Feijóo quien recogió piezas de gaiteros en dicha zona entre los siglos XIX y XX. Curiosamente, muchas de esas melodías presentan una reminiscencia a las irlandesas. Según Ibáñez, esto puede deberse "á presenza de rexementos irlandeses na Pontevedra do século XVIII. Este tema, ´Muiñeiras do Lerz´, recolle unha selección desas pezas da colección de Feijóo".

Es también el disco un homenaje a Colón. No en vano el grupo Treboada en el que empezó a tocar Ibáñez en el año 1984 pasó a llamarse poco después como el descubridor. Por cierto, subraya el artista que procede de Porto Santo, Poio, el mismo lugar donde presuntamente nació el almirante, según la tesis de Celso García de la Riega.

De su paso por América y el mundo, -Ibáñez impartió, colaborando con la Xunta, clases de gaita en centros gallegos de Chile, Perú, Venezuela, Brasil, México, Suiza, Estados Unidos, Reino Unido, Cuba o Argentina-, recogió también material e influencias que ha transformado en su disco donde se puede escuchar una versión gaitera de una habanera, de un arin-arin de Euskal Herria, una bulería o tango, entre otros.

Resaltable también es el tema dedicado al pirata gallego Benito Soto así como el colofón del disco, "Morriña", y una imagen de Óscar Ibáñez subido a la réplica de la carabela La Pinta, en Baiona, la misma que comandó su ´antepasado´ Colón.