"La gente ve la gaita como un instrumento exótico y no hay que olvidar que Estados Unidos es un país hecho por emigrantes". Cristina Pato realiza esta reflexión al otro lado del Atlántico donde imparte talleres en Harvard así como conciertos en dos giras anuales en dicho país además de India y China. Está considerada una de las mejores gaiteras del mundo por The New York Times. Hoy mismo, sale a la venta su primer álbum con discográfica norteamericana. Se titula Migrations y transpira jazz en cada nota a pesar de llevar muiñeiras y pasodobles más estándards.

-¿Cuál es el caldo de cultivo de este nuevo disco?

-Es el resultado de los ocho años que llevo ya viviendo en Nueva York. Tiene que ver con el concepto de migración, de cuando nos vamos a otra parte del mundo sin perder nuestras raíces que se unen a las raíces de otras personas que están en la misma situación. El hecho de encontrarme con otro músico gallego, Victor Prieto, y ver la capacidad de expresión de su acordeón en el mundo del jazz; y el hecho de ver también cómo la gaita encontraba su sitio de forma natural en la música contemporánea fue lo que me empujó a hacer este disco, el primero con discográfica norteamericana.

-Lo estrena hoy.

-Es la presentación oficial del disco con dos sets en el Jazz Standard, en Nueva York, que es uno de los tres locales míticos para el jazz en esta ciudad. Las entradas para el primer set ya están agotadas y creo que va a ser una noche muy emocionante.

-¿Cuándo llegará a España?

-El disco llegará a Francia en febrero, y a España en los próximos dos meses. La discográfica está especializada en música jazz, y lo lanzará en todas las plataformas digitales.

-El músico Yo-Yo Ma ha sido clave para relanzar su carrera.

-También ha sido la razón por la que he postpuesto mi vuelta a Galicia. Yo vine a Nueva York a hacer un doctorado de piano clásico con una beca de la Fundación Barrié dando un respiro a la gaita. Mi idea era estar tres años. En este tiempo, conocí a Oswaldo Golijov (compositor para Francis Coppola), él me hizo entender que la gaita tenía su hueco en el mercado de la música clásica y fue él quien me llevó de la mano a Yo-Yo Ma, con el que he colaborado en discos y acompañado en giras. Con él, actuaré en la Festa do Queixo en Arzúa en marzo.

-Dé detalles de los temas.

-Hay un poco de todo, aunque música tradicional-tradicional no hay mucha. Sí hago una versión de la "Jota de Pontevedra", pero en general son temas de autor y standards del jazz como "Dindi" (de Jobin). Después, hay dos muiñeiras que son composición de Victor Prieto, un acordeonista gallego de jazz que conocí en la infancia y que reencontré en Nueva York.

-Resulta difícil imaginársela de bajón.

-Hay una frase que me acompaña siempre: "Todo lo que pasa conviene". Siempre hay que sacar una conclusión positiva de lo que ocurre. Cuando vine a Estados Unidos a hacer el doctorado, para mí no era un buen momento porque necesitaba buscarme a mí misma otra vez. No tenía claro si quería seguir como gaitera o volver a mi sueño de infancia de dedicarme a la música clásica. Ahora, me doy cuenta de que puedo llevar los dos mundos.