Este sábado y domingo, las localidades de Xinzo y Laza, dos de los vértices que conforman el "triángulo mágico", junto con Verín, han dado la bienvenida al carnaval con la celebración del "domingo fareleiro", un juego que consiste en una batalla campal de harina, así como con los "farelos" (salvados) y los primeros "foliones", una especie de desfiles satíricos.

No son las únicas especificidades. Están los "boteiros" (quienes botan) y "danzantes" en los núcleos de Vilariño de Conso y Viana do Bolo; los "Felos" (característicos por sus medias negras) en Maceda, y las "mázcaras" en Manzaneda. Todos ellos completan un cartel con mucha solera.

En el denominado "triángulo mágico" del carnaval gallego, término que se empezó a utilizar recientemente para favorecer su internacionalización, reside la fuerza. En estos feudos (Xinzo, Verín y Laza) no es posible salir a la calle sin estar disfrazado, al menos si la intención es formar parte de la fiesta. En caso contrario, uno se enfrenta a la posibilidad de que le "zurren" con el látigo o que le obliguen a pagar la siguiente ronda en un bar.

Ya semanas antes de la fecha oficial, todos los vecinos de estas tres localidades salen a la calle, con la ayuda de los "chocos" (campanas atadas a modo de cinturón que hacen ruido) y las zamarras (látigos) para anunciar la llegada del carnaval.

El vocabulario es curioso. Las figuras centrales del Entroido no se disfrazan, se visten, y tienen su propia terminología: los mencionados "Cigarróns" en Verín, "Pantallas" en Xinzo, y "Peliqueiros" en Laza.

Únicamente tienen un elemento en común, que son las zamarras (un tipo de látigo), en el caso de Laza y Verín, y las vejigas en Xinzo, mientras que la máscara varía en cada zona, explica el artesano Álvaro Ferreira, que lleva más de 35 años confeccionando máscaras en Verín.

El investigador Federico Cocho, autor del libro El carnaval en Galicia, comenta que posiblemente esta figura -la de la máscara- era originariamente la encargada de realizar los "rituales de cambio de año", a la vez que destaca su carácter "fustigador", símbolo del "inframundo".

Para aquellos a los que les guste el lado más salvaje de esta celebración, la localidad ourensana de Laza festeja el propio Lunes de Carnaval la "Farrapada", un juego que consiste en el lanzamiento de trapos sucios con barro a los visitantes, y la bajada de la Morena, donde las hormigas vivas, la ceniza y la harina copan toda la atención.

Pero la intensidad no se limita al "triángulo mágico". Algunos pueblos de Vilariño de Conso y Manzaneda, y también de Pobra de Trives, celebran "foliones" y foliadas", consistentes en la lectura de sátiras e historias burlescas, al ritmo de la música. En las "foliadas" los vecinos se visitan unos a otros. En el apartado gastronómico, la bica blanca en Laza, las orejas de carnaval y la "androlla" de Vilariño de Conso representan sin duda otro reclamo.