El Club Ciclista Marín inició ayer las Ciclomarchas histórico-artísticas que contarán con trece etapas y a las que pueden asistir desde niños a mayores. La primera ruta celebrada ayer salió de la Alameda de Marín y llegó hasta el milenario roble de Santa Margarida, en Pontevedra. Fue un recorrido bastante asequible para todos los participantes en esta primera etapa para que los más nóveles se vayan adaptando a este tipo de pruebas.

Las restantes rutas, que se extenderán hasta el 26 de mayo, serán las siguientes: un recorrido por las playas hasta el arenal de Agrelo, en Bueu; visitas a las mámoas del monte Mon de Poio; el molino de Pesas en Esperela; al Lago de Castiñeiras, a la igleisa de Santa María de Curro, a la capilla de A Magdalena de Coiro, al sepulcro antropomórfico de San Estevo de A Canicouva, a la Illa de A Toxa en O Grove, y acabará con la última ruta a la Casa da Cultura de Ardán, donde tendrá lugar el acto de clausura de esta trigésima edición de las ciclomarchas.

Ayudas

El Club Ciclista Marín cuenta con la colaboración del Concello, la Diputación y la Xunta, así como de diferentes entidades y establecimientos comerciales. Aún así, la crisis se deja notar y el responsable de esta entidad deportiva destaca las grandes dificultades que están atravesando para sacar adelante las actividades.

Los organizadores piden a las personas que asistan a estas rutas que revisen con anterioridad sus bicicletas y recuerdan que es obligatorio llevar casco, caja de herramientas y parches, así como cámara de repuesto, luces reflectantes y destacan que los menores de siete años deben ir acompañados de un familiar adulto.

Cada una de las rutas previstas saldrá a las nueve y media de la mañana de los domingos de la Plaza de España, en la Alameda.

400 kilómetros

En total los inscritos en estas pruebas recorrerán a lo largo de estos tres meses unos 400 kilómetros, según apuntó el responsable del Club Ciclista, Manuel Ruibal.