"Este es un trabajo que engancha. Pones la primera pieza y ya quieres ver el motor en marcha. Pero hay que trabajar muchas horas y con mucha minuciosidad. Algunas piezas incluso tienes que verlas con lupa", explica José Manuel Hermo Barreiro, un noiés de 73 años de edad, jubilado, que realiza minúsculos motores, algunos de los cuales figuran entre los más pequeños del mundo.

El próximo sábado, día 23, impartirá dos charlas a trabajadores de Citroën en Vigo para compartir con ellos su experiencia. Será en la sede del Grupo de Empresa de Citroën (Gepsa), en el número 25 de Alcalde Portanet. El primer pase, a las cuatro de la tarde. El segundo, a las seis. Durante noventa minutos, les hablará de su historia y de su último ingenio, el motor W18.

Este tardó en realizarlo 1.850 horas, comenzando hace trece meses. En él, ha invertido un total de 469 piezas y 388 tornillos. El motor en miniatura lleva 18 cilindros

Los motores de Hermo Barreiro (1940, Noia) no contaminan. Se alimentan de aire comprimido. Esto tiene una razón: "Yo hago los motores para fines educativos; a ver si los chicos de Formación Profesional se animan a coger la profesión de mecánico. Como las charlas son en sitios cerrados, con estos motores sin gasolina o gasóleo no contamino" cuando realiza las demostraciones.

Barreiro señala que "hay muchos que plantan los estudios y es una pena. Por eso, mi hijo graba y muestra los vídeos en internet, para que la gente aprenda a hacerlos".

Hace diez años, cuando se jubiló, comenzó con este hobby de elaborar motores en miniatura y ya va por doce. "Siento pasión por la mecánica. Esto tiene que gustarte. Antes pasaba entre diez y catorce horas al día; ahora ya hago menos", indica este hombre que empieza el día como cualquier jubilado.

Primero, se levanta "sin prisa" -según él mismo describe-; después da un paseo de una hora. Al regresar al hogar, se pone ya a trabajar, para después realizar una pausa para la comida y ponerse al día de lo que acontece en el mundo con los telediarios. Posteriormente, retoma sus trabajos que ahora afronta "algo más relajado" que antes, invirtiendo la mitad de las horas que inicialmente usaba.

Hermo quiere dejar claro que todas las piezas usadas en sus motores son fabricadas por él mismo. Como anécdota, recuerda cómo una empresa del naval de Vigo le ofreció años atrás ayudarle con alguna pieza que presentaba alguna dificultad añadida, y el rehusó el ofrecimiento ya que no quería que ninguna sombra pesase sobre sus ingenios. "Si aceptaba que me hicieran alguna pieza, la gente podía pensar que me lo hacían todo", explica.

A Vigo -ciudad en la que recaló meses atrás también para mostrar sus conocimientos a trabajadores de Citroën-, traerá este fin de semana sus dos últimos motores, el W18 y el V12. Este último es el más pequeño del mundo (87 centímetros cúbicos). A las charlas en Gepsa, Hermo invita también a vecinos interesados en conocer sus manualidades de la mecánica.