Para el director de la Orquesta Clásica de Vigo, Manuel Martínez Álvarez-Nava, la programación de música clásica de la ciudad no ha prestado suficiente atención al bicentenario del nacimiento del compositor que, en el siglo XIX, cambió la trayectoria de la música en todo el mundo: Richard Wagner. Por lo menos, no en la misma medida que al del gran maestro de la ópera italiana, Giuseppe Verdi. Por ello, el único concierto que la agrupación ofrecerá este año en un teatro vigués está dedicada al alemán.

Los más de sesenta músicos que integran para esta ocasión la decana de las orquestas gallegas interpretarán hoy, en el teatro del Centro Cultural Novacaixagalicia tres piezas de Wagner. Comenzarán con una de las partes más conocidas de la ópera "Lohengrin", el "Preludio del acto tercero", que introduce la famosa marcha nupcial. Es una pieza festiva donde los metales cobran gran protagonismo.

Continuarán la velada con el "Idilio de Sigfrido", definido por su autor como "regalo sinfónico de cumpleaños" para su segunda mujer, Cosima. El día de Navidad de 1870, mientras ella todavía dormía, Wagner reunió en secreto a 13 músicos en la escalera principal de su casa para que se despertara escuchando esa "música intimísima" como sorpresa de cumpleaños. Manuel Martínez cuenta que, pasados los años, Wagner instrumentó la pieza y la vendió, algo que sentó muy mal a Cosima. Destaca que su ejecución resulta "muy compleja".

Para cerrar el programa, el director de la Clásica de Vigo ha escogido una de las piezas menos escuchadas de Wagner, la "Sinfonía en Do mayor". Esta obra de juventud, no se editó hasta hace medio siglo. Martínez la describe como una "sinfonía de escuela con mucha influencia de Beethoven, Shubert y Mendelssohn, pero con su sello propio".

Para la propina, Martínez se reserva una sorpresa para no descuidar tampoco a Verdi, al que ya dedicaron su tradicional actuación al aire libre con la que celebran el Día Internacional de la Música.