Tenemos la edad de nuestros sueños, de las cosas que amamos, y en caso de las señoras sencillamente no tenemos, de modo que es insignificante que Margarita Guerra haya cumplido ya los 70. Si se recuerda el número es solo porque esta veterana profesora de música, incansable animadora cultural y solista vive a sus años un verdadero renacimiento como artista: el próximo día 10 inicia una gira por Polonia que incluirá dos conciertos en el magnífico teatro de la Ópera de Silesia, y ya ha firmado varios contratos para ofrecer recitales en distintos países europeos en 2015. Va a ser verdad que en las vidas más logradas los sueños de adolescente se cumplen en realidad a la edad madura.

-¿Heredó su afición a la música?

-Realmente la afición si, desde pequeña yo estaba pegada a la radio poniendo radio clásica, en Radio Nacional, pero en mi familia no ha habido ningún músico, mis padres eran muy melómanos y mi padre era socio de la ópera en Madrid, pero profesional de la música la única en toda la familia soy yo.

-¿Cómo empezó?

-Primero iba al colegio y también al conservatorio, a los ocho años ya había cursado los 3 años de solfeo y estaba a punto de examinarme de primero de piano. Y luego estudié toda la carrera de Piano, primero en Valladolid y después en el Conservatorio Superior de Madrid, y luego después hice muchos cursos de técnica vocal, muchísimo ballet, teatro, todo muy relacionado con el arte.

-¿Cómo es que se afincó en Galicia?

-Soy de Valladolid pero llevo 56 años en Galicia, mis hijos son gallegos y toda mi labor musical y pedagógica la he desarrollado aquí, así es que prácticamente es como si fuera gallega, a lo mejor algunos no me consideran así por no haber nacido aquí, pero yo sin querer pecar de falsa humildad creo que algo he hecho por Galicia. Y me vine porque mi marido vino trasladado a la fábrica de Celulosas, y ya nos afincamos aquí, tuvimos aquí cuatro hijos y yo empecé a trabajar, primero hice de todo, di clases de ballet, preparé coros, daba clases particulares, de todo, hasta que por fin en 1985 salieron las primeras oposiciones para profesor de música de instituto, saqué una de las dos únicas plazas de Galicia, y he sido profesora durante 20 años en A Xunqueira y en el Valle-Inclán.

-Ha desarrollado una intensa labor en la música coral...

-Si, he fundado muchísimos coros hace ya muchísimos años, figúrese, en los sesenta y setenta, a unos concursos musicales, de villancicos y folklore, que organizaba la Sección Femenina he llegado a llevar hasta cinco coros de diferentes edades. Y luego ya fundé el coro Ars Musicae en Pontevedra con el que hicimos muchísimas cosas importantes, sobre todo en ese momento, hablamos del año 1977.

-¿Era el único coro de cámara de Galicia?

-Si, todavía no había ninguno en toda Galicia, siempre les decía a los del coro que la gente los elogiaba, les decía lo bien que lo hacían y yo les recordaba "no olvidéis que somos el tuerto en el país de los ciegos", porque por supuesto era un coro que lo hacía muy bien pero que tenía sus limitaciones, no era profesional sino amateur con mucho gusto y muy buenas voces pero no dejaba de ser un coro amateur.

-Actualmente es directora del Coro Liceo de Vilagarcía de Arousa.

-Hace 25 años que estoy con ellos ya.

-¿Cómo es que inicia ahora una gira internacional?

-Es un tema diferente: yo toco las castañuelas desde niña, aprendí en una academia de ballet en Valladolid, y desde siempre las he tocado, siempre como acompañamiento, sobre todo cuando daba clases de baile para enseñar el sentido del ritmo, de como tenía que bailar las niñas etc, pero hace como unos 20 años haciendo conciertos con el coro en Portugal, con el maestro Ferreira Lago, vimos unas castañuelas de marfil que yo llevo habitualmente, le gustó mucho y me preguntó "¿y eso lo harías con la orquesta?" Le respondí que si, claro, que cómo no, y desde entonces que hicimos el primer concierto en el castillo de Guimarães, que es un lugar maravilloso, un marco increíble, pues fue un exitazo tan impresionante que desde ese momento he recorrido Portugal de norte a sur, también estuve en Francia, en Polonia ahora será la tercera vez que vaya, y también en diferentes puntos de España, en Salamanca y sobre todo en el Auditorio Nacional de Madrid que fue una experiencia maravillosa, ver de pie a 1.200 personas aplaudiendo fue maravilloso, extraordinario.

-¿Qué construye a un artista, la música, el aplauso, la necesidad de expresarse...?

-Creo que lo primero es expresar lo que uno siente dentro, eso es lo fundamental, y si uno expresa lo que tiene dentro eso llega al público y éste te da su aplauso, su calor, que es muy necesario, yo con las castañuelas desde luego nunca he tenido la mala suerte de tener un público frío, siempre ha sido un público entusiasta, y eso se disfruta mucho, sobre todo ver la cara de satisfacción de las personas, porque normalmente quien hace algo artístico su satisfacción es ver que hace felices a los demás, por lo demás el ego no importa, porque en general si alguien es artista o no probablemente no es mérito suyo ninguno, ha nacido con esas condiciones y lo que si tiene mérito es su trabajo y su esfuerzo.

-En Polonia serán ahora dos conciertos y ya ha firmado nuevas citas en Alemania etc ¿lo ve como un renacimiento musical?

-Totalmente, a mis más de 70 años estoy viviendo mi renacimiento musical como si tuviese una segunda vida, si hubiese sido con 40 o 50 años, pero es que cuando más éxito he tenido es a partir de los 70, y de hecho ya para 2015 tengo comprometidos nuevos conciertos en Alemania y Eslovaquia.