La jornada comenzó con tintes reivindicativos cuando los vecinos de Pintos, impulsores de la plataforma "Salvemos a Fracha" salieron a recoger por el monte de Marcón amenazado por la A-57 las hierbas de San Xoán que igual ayudan a enamorar que aportan belleza a quienes se lavan con el agua en las que se depositan toda la noche.

Ya por la noche, y previa inspección de bomberos y técnicos municipales que constataron que las hogueras cumplían con los requisitos de seguridad exigidos, la fiesta arrancó en los barrios y parroquias de Pontevedra. Primero la cena: churrasco, chorizos y sardinas constituyeron el único menú de los cientos y cientos de pontevedreses que se dejaron seducir por la noche más mágica del año, la más corta, la del solsticio de verano. La noche en la que se conjuran los malos espíritus y se abre la puerta a los buenos anhelos.

Entre las hogueras más concurridas en el casco urbano: las organizadas por los propios vecinos en Eduardo Pondal, A Parda y Monte Porreiro.