A media tarde el cielo arousano presagiaba que la noche de San Juan iba a estar pasada por agua. Pero los ánimos, y sobre todo las esperanzas, no decayeron, y cientos de hogueras pudieron prenderse a medianoche en la comarca para espantar a las "meigas" y los malos espíritus.

En Vilagarcía se celebraron la inmensa mayoría de las cachadas para las que se habían solicitado permiso (145 peticiones), según pudieron constatar los efectivos de Protección Civil durante su inspección. El lugar de mayor concentración de gente fue, como siempre en estas fechas, la playa de A Concha-Compostela, donde la fiesta comenzó con el concierto a cargo del grupo La Unión, contratado por el Concello de Vilagarcía. Con todo, la afluencia fue menor que la de otros años. El Ayuntamiento pretende potenciar la celebración de la noche más corta del año, por lo que aparte de la actuación de la banda liderada por Rafa Sánchez, Ravella organizó su propia cachada en el arenal.

Mientras La Unión hacía vibrar a A Concha desde el escenario -no faltó en la primera fila el alcalde, fan del grupo-, algunos todavía aprovechaban la luz del día para asar unas sardinas o un churrasco, que en los últimos años ha ido ganando terreno en la noche de San Juan al cotizarse a precios más asequibles.

Este año se encargaron de gestionar las barras de bebida en A Concha la Asociación de Hostelería de Vilagarcía (Ahituvi) tras la invitación del gobierno local. Así, además de ingresar parte de la recaudación de las ventas -otra parte irá para las arcas municipales-, el colectivo se asegura que la dispensación de bebidas en la playa termina como máximo a la una de la madrugada.

Cientos de hogueras ardieron ayer a medianoche en toda la costa arousana. O Grove y Cambados encendieron más de cien, mientras que en A Illa fueron unas cincuenta. Para intentar evitar en la medida de lo posible las consecuencias de una noche de excesos para muchos, en los municipios grovense e isleño se establecieron dispositivos de seguridad especiales. En el caso de O Grove estuvo formado por nueve patrullas de Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil, que controlaron que no se repitiesen los actos vandálicos en el mobiliario urbano de años anteriores. En A Illa, la mirada de los efectivos estuvo puesta en impedir fiestas tecno.