El Festival Sinsal de San Simón se guardó ayer una sorpresa final para despedir las tres jornadas de conciertos en la isla redondelana. Después de que la veterana banda británica Wire cerrase la jornada musical con una descarga de rock clásico, cuando nadie lo esperaba, la música volvió a sonar. Aunque esta vez no se trataba de ningún grupo del cartel, sino de Electric Feels dj's, dos hermanos gemelos de 11 años que pese a su corta edad se mueven entre los platos como auténticos profesionales. Nico y Héctor sorprendieron a los espectadores con las mezclas de sus temas favoritos del indie actual para despedir la cita mientras los asistentes embarcaban rumbo a los puertos de Vigo y San Adrián de Cobres.

A lo largo de los tres días el festival consiguió reunir a más de 2.000 personas en el idílico archipiélago de la ría de Vigo para disfrutar de un total de 26 conciertos de bandas y artistas internacionales, la mayor parte de ellos inéditos en Galicia, que se acompañaron de diferentes actividades paralelas para todos los públicos. Entre la variada oferta musical destacaron como cabezas de cartel los londinenses Wire, pero también sorprendieron a los asistentes las distintas propuestas de enorme calidad como los australianos Ginger and the Ghost, los norteamericanos Chelsea Wolfe, los coreanos Jambinai, la canaria Bel Bee Bee o los jienenses Blam de Lam, entre otros.

"Estamos muy satisfechos de la respuesta del público -prácticamente agotaron todas las entradas las tres jornadas- y creemos que han disfrutado de la experiencia inigualable que ofrece Sinsal, porque para nosotros este festival es mucho más que música", explica el codirector del certamen, Luis Campos.

Y es que se trata de un evento peculiar y diferente a cualquier otro festival. No solo por su escenario, porque no existe otro certamen en el mundo con el entorno mágico que ofrece la isla de San Simón, sino también por su fórmula basada en mantener en secreto el cartel de actuaciones hasta el día de su celebración. "Hemos conseguido crear a lo largo de las doce ediciones una imagen de marca que funciona basada en la diferenciación y en la profesionalidad. Primamos la sorpresa, queremos mantener la curiosidad del espectador y que descubra cosas nuevas", señala Campos, que reconoce que con los años de experiencia han conseguido que la gente confíe en el criterio de los organizadores a la hora de seleccionar el cartel.

Al mismo tiempo, otra de las claves del certamen es su ambiente familiar, con un público muy heterogéneo en el que no faltan los niños. "Queremos que los padres a los que les gustan los conciertos puedan disfrutar de este hobbie en compañía de su familia, junto a sus hijos, algo difícil de ver en otros festivales de música", concluye Campos.