En la novela de Enrique Gaspar, un escritor que se anticipó a H.G. Wells al escribir sobre una máquina del tiempo, el fluido García era el líquido que bebían los tripulantes de la máqjavascript:cargarFckEditor('pTexto');uina para no rejuvenecer cuando viajaban al pasado. Lo de Sidonie no es exactamente una vuelta al pasado, sino una actualización de su sonido aprovechando el cajón de sastre que permite la psicodelia. VISADO habló con Marc Ros, líder de Sidonie.

-¿Qué caras ponía la gente este verano cuando os presentabais en los conciertos como “El fluido García”?

-De sorpresa y alguno de indignación, del tipo “nos están tomando el pelo, ¿qué está pasando aquí?” La banda estaba muy metida en el proceso de grabación del disco, algo que nos estaba desgastando. Se nos ocurrió decir eso para divertirnos, pero jamás nos cambiaríamos el nombre.

-Habéis dicho “este disco es una oda al coito” y “la guarrería puede ser bella”. Igual el “fluido García” este no es más que un fluido corporal...

-(Risas). No, no, no. Algún día haremos un disco porno, pero no ahora. Simplemente nos hemos desmarcado de la temática del último disco, y este viene a ser más agresivo, más oscuro. Por eso apelábamos al coito.

-El referente de la psicodelia en los Beatles suele ser el “Sgt. Pepper’s”, pero vosotros os inspirasteis más en el “Revolver”.

-El “Revolver” tiene un sonido de guitarras que nos tiene obsesionados desde que lo escuchamos por primera vez. Y el equilibrio que tiene entre las canciones. Imagínate, “Yellow submarine” al lado de “She said she said”, eso nos flipa: pasar de una canción para niños a otra como “Tomorrow never knows”. También nos flipa el “Revolver” por sus letras y por su sonido, más rudimentario que el “Sgt. Pepper’s”, que es más una obra de estudio. “Revolver” parece más “punk”.

-Es el disco que inicia la experimentación con guitarras al revés, e instrumentos indios como el sitar y la tabla.

-Sí. Nos fascina utilizar frases al revés que no sabes cómo van a sonar y que crean melodías nuevas. Lo hemos utilizado también en “El fluido García”. Esta vez el sitar no lo toca Jesús [Senra], sino yo, es un sitar eléctrico. Lo toco en una canción que se titula “El aullido”.

-En el anuncio por el que se formó Sidonie se citaban las influencias de grupos que han practicado la psicodelia: Beatles, Byrds, Syd Barrett, Love...

-La psicodelia siempre nos ha acompañado. Incluso en la gira de un disco tan poco psicodélico como “El incendio” estaba presente. Nunca hemos dejado de tocar esos temas psicodélicos y de improvisar, incluso en una canción como “Por ti” [de “El incendio”], que de hecho es una habanera. Es nuestra escuela. El grupo se formó alrededor de ese estilo musical, lo tomamos y lo dejamos cuando nos apetece, y es el lenguaje que dominamos mejor. En “El incendio” estábamos experimentando, porque hacer una habanera o una canción estrictamente pop era un reto.

-¿Os gusta la psicodelia actual de grupos como MGMT y los Klaxons?

-Claro, por supuesto. Estuvimos en el concierto de presentación de “Congratulations” [2010], el segundo disco de los MGMT, en la sala Razzmatazz de Barcelona, al lado de nuestro local de ensayo. Cuando vimos a aquel tipo [Benjamin Goldwasser] cantar imitando todo el rato a Syd Barrett, nos dijimos “¡qué bueno!”. Está pasando en Estados Unidos, en Australia, con los Tame Impala, de Perth... Pensamos que no estamos solos, qué bonito... A lo mejor en España tampoco estamos tan solo, tal vez los Pony Bravo de Andalucía... Es un estilo como el jazz, o la ópera, siempre estara ahí. No se puede localizar solo en los sesenta.

-“El bosque”, además del primer tema del disco y del primer sencillo, ¿fue el origen del resto del álbum?

-Sí. Si ese primer tema que compuse hubiera sonado a ranchera, o a AOR, estaríamos hablando de otro tipo de disco. Dio la casualidad de que tenía ese tipo de “riff” y ese mantra, y la siguiente canción ya la ubicaba al lado de “El bosque”. Por eso todas las canciones tienen ese aroma similar.

-“Bajo un cielo azul (de papel celofán) suena a los Beach Boys.

-Hombre, gracias por citarlos, porque de las cien entrevistas que hemos hecho, eres el primer periodista que los nombra. Tenemos muchas influencias muy notables, que no escondemos, y en esa canción, además de a los Beach Boys, puedes encontrar a Crosby, Stills & Nash, a su equivalente español, Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, Simon & Garfunkel, los Beatles, por el hecho de unir canciones... Los Beach Boys son una influencia vital para la banda.

-¿Es correcto decir que vuestros últimos álbumes eran “de fácil acceso” y que este lo es menos?

-Hacemos música para todos los públicos. No somos ese tipo de artista hipócrita que dice que solo hace música para él. Hacemos música para la gente, porque el arte es comunicación. Lo que pretende “El fluido García” es llegar a cuanta más gente mejor. Pero estaría entre ese tipo de discos que no son de primera escucha. Me pasó incluso a mí, cuando escuché el master en la playa y al principio tuve hasta miedo. Al final ese tipo de discos se convierten en los mejores.

-Es disco que requiere varias escuchas para apreciar sus matices y arreglos, hasta las líneas de bajo tienen una melodía propia.

-Todos los instrumentos, incluso la batería, están “cantando”, todos hacen melodías. Jesús [Senra], el bajista, es fan de Brian Wilson, y en el “Pet sounds” las líneas de bajo eran una canción por sí mismas. También las de Paul McCartney... Él también hace canciones con sus líneas de bajo, y me gusta que lo hayas apreciado. Buscamos la melodía todo el rato. Es un disco que hemos practicado mucho en el local de ensayo, y espero que se haya plasmado en la grabación en directo.

-Desde 2001 habéis publicado disco en cada año impar. ¿Es algo buscado?

-(Risas). Siempre he pensado que el año de edición del disco es en el que estoy peor a nivel sentimental. Es curioso, ¿no? (ríe). No sé si tiene algún sentido, pero así es. Me gustaría hacer discos cada año, pero con las giras y el plan de promoción es muy difícil. Tal vez sea mejor así, si no, nos volveríamos locos.