El belén viviente de Gondomar alcanzó este año dimensiones históricas. Representado en años anteriores ante el Concello, la importante implicación de los vecinos obligó a ampliar territorio. Así, la Concejalía de Cultura resolvió que la escenificación se trasladase al parque de A Coelleira, donde ayer alrededor de medio centenar de voluntarios dieron vida al nacimiento, que pudo visitarse de 17.00 a 20.00 horas.

"Triplicamos el espacio", señaló Ignacio Troncoso, edil de Cultura gondomareño, sorprendido él mismo del resultado final del trabajo realizado. "Tenemos hasta un molino a orillas del río que funciona de verdad", manifestó el concejal.

Pero el realismo se lo dieron, fundamentalmente, los vecinos que encarnaron a los diferentes personajes y los animales, que contribuyeron a crear un entrañable ambiente navideño en el centro de Gondomar.

A quienes no hayan podido verlo, aún les queda, al menos, una oportunidad, el día 5, víspera de Reyes.