¿Hay que introducir a Joan Manuel Serrat? ¿Algún ser humano hispanohablante desconoce la figura del cantautor responsable de "Mediterráneo", "Paraules d'amor" o "Tu nombre me sabe a hierba"? Uno de los cantantes más importantes de la historia de la música española recala nuevamente en Vigo (la última vez fue en su gira con Joaquín Sabina, en 2012, pero en solitario hacía muchos años que no nos visitaba -lo hizo en Castrelos en 2010-). Y vuelve Serrat con una nueva gira en defensa de un disco de aniversario. En su web el propio cantante se explica: "Mi primera actuación en público tuvo lugar el 18 de febrero de 1965 en el estudio Toreski de Radio Barcelona durante el programa matinal Radioscope, conducido por Salvador Escamilla. Para celebrar los 50 años que han transcurrido desde entonces he preparado una antología muy personal seleccionando 50 canciones y regrabando la mayoría con gran abundancia de dúos." Acompañando este disco, Serrat se lanza a la carretera en una gira mundial con más de cien conciertos.

Aunque es evidente que el momento de esplendor del compositor barcelonés ha pasado hace muchos años, quien tuvo retuvo, y el tirón de quien es responsable de alguno de los mejores discos de la música pop nacional ha llenado el Auditorio Mar de Vigo. Un público heterogéneo pero mayormente generacional, a quien Serrat acompaña desde los sesenta en una carrera que pasó de la resistencia política en la dictadura a convertirse, bien mediados los ochenta, en paradigma de una cierta alta alcurnia musical nacional. Hoy, de vuelta de todo, Joan Manuel Serrat no abandona el oficio y, a la luz de lo visto ayer en Vigo, lo disfruta como hace cincuenta años.

Alejado del festivo circo de su gira con Sabina, derrochando ironía y esa retranca tan suya, profundizando en su cancionero y encontrando su hondura en un espectáculo sobrio y cercano, Serrat se miró sobre las tablas al espejo de su propia historia, la que devuelve y nos devolvió temas como "El carrusel del Furo", con la que abrió, "De vez en cuando la vida", "Esos locos bajitos", "Algo personal", "Aquellas pequeñas cosas" o por supuesto la inmortal "Mediterráneo" (¿mejor canción nacional del pasado siglo, quizá?). El alborozo "marchoso" del show "Dos pájaros", en fin, sustituido por el nudo en la garganta de un cantautor ya eterno al que acompañó una banda discreta y sólida: Josep Mas (teclados), Vicente Climent (batería), David Palau (guitarra), Raui Ferrer (bajo y contrabajo), y el piano de Ricard Miralles.

Con la voz de un trovero de 71 años -desmejorada por las llagas de la vida, en fin- y destacando el compositor espléndido de la última dictadura y la primera transición, Joan Manuel Serrat certificó ayer un estatus incontestable, el que lo ha convertido en un inevitable referente para todos los cantautores de habla hispana a ambas orillas del Atlántico.