A principios del siglo XX no había celebración en la localidad silledense de A Bandeira que se precisase que no contase con sus tradicionales cabezudos. Eran "el atractivo de la fiesta", recuerda Anxo Lois Diéguez, vocal de la Asociación Cultural Xenerais de A Bandeira. "Los tenían los vecinos y los sacaban a la calle siempre que había algún acto lúdico, fuese carnaval o no".

Un siglo después, los únicos vestigios que quedan de aquellas gigantescas figuras, "no se si elaboradas por los habitantes de A Bandeira o compradas", son los recuerdos y apenas unas cuantas fotografías que dan fe del interés que despertaban sus desfiles. El culpable de la pérdida de tan sonada tradición fue un incendio ocurrido "hace entre cuarenta y cuarenta y cinco años" en la iglesia parroquial, donde se guardaban las piezas. Cuentan los vecinos que unos chiquillos que jugaban en el templo provocaron un cortocircuito que arrasó los cabezudos. Se desconoce el número de piezas que llegaron a danzar por las calles de la localidad, pero se sabe que se trataban de personajes distintos a los actuales. "Antes no se representaban personas o protagonistas de dibujos animados, como ahora, sino que eran figuras con una funcionalidad distinta. Los trajes eran como de gala, porque lo que importaba no era la figura sino el desfile en sí". La fotografía más antigua que se conserva data de los años cuarenta del siglo XX. En ella se ve como niños y adultos acompañan a los gigantes en su paseo por las calles de A Bandeira durante uno de los actos del carnaval. Junto a ellos, un gaitero y un Xeneral encabezan la comitiva.

Tras el fatídico incendio los desfiles de cabezudos se fueron perdiendo. "Ha habido fiestas en verano con algún desfile, pero ya eran compañías de fuera", recuerda Diéguez, como los del grupo vasco Galaoka en 2005 o de Viravolta en los ´Encontros´ de Carboeiro en 2008, pero los vecinos quieren recuperar los suyos propios. Para ello, la Asociación Cultural Xenerais de A Bandeira inició ayer un taller de elaboración de cabezudos impartido por la compañía lalinense con el propósito de recuperar la tradición. Crearán tres piezas: un príncipe, una princesa y un vasallo, que este carnaval sacarán a la calle para representar una boda noble, la que según cuenta Benito Viceto en su Historia de Galicia se celebró en A Bandeira en el siglo XV. El proyecto ya estuvo sobre la mesa hace diez años, pero no se llegó a materializar. "Queremos aprender a crear este tipo de figuras para hacer más el próximo año e ir recuperando esta tradición, que se remonta al siglo XVII en toda Galicia".

La asociación prevé incorporar novedades al próximo carnaval como una charla sobre los Xenerais do Ulla por parte de un antropólogo o una exposición, en febrero, sobre los antiguos entroidos de Galicia.