Antes de las diez de la mañana ya era casi imposible encontrar una plaza de aparcamiento en las inmediaciones del consistorio lalinense y ni los hasta cinco grados bajo cero registrados ayer en Lalín restaron afluencia de visitantes a una de las principales citas gastronómicas de España. El Concello cifró en más de 70.000 personas la afluencia a la 44ª Feira do Cocido de Lalín, si bien algunas rúas no presentaban el aspecto de otros años, con imposibilidad de desplazarse de una zona a otra del casco urbano.

El primer Cocido pensado para las personas con discapacidad dejó satisfechos a vecinos y visitantes, que peregrinaron en masa al que fue ayer templo estatal de la gastronomía, con el cerdo como protagonista. En Lalín, el municipio gallego con más vacas de Galicia, se venera durante al menos tres mese al año al cerdo y las carnes de este omnívoro han conseguido alzar el nombre del municipio a unas cotas impensables años atrás. Otra de las novedades de esta edición fue la apertura del comercio local, aunque no todos los establecimientos lo hicieron y la música de charangas amenizó la tarde, para invitar a los turistas a quedarse en la localidad tras una sobremesa que, en casos, se prolongó hasta bien entrada la tarde. Porque comer un cocido, así lo exige.

Los actos oficiales dieron comienzo a las 10.45 horas en el vestíbulo del Castro tecnolóxico, mientras la Banda de Gaitas da Deputación de Pontevedra y los Cigarróns de Verín hacían sonar sus instrumentos musicales y las "chocas" para advertir a los presentes del comienzo de una jornada festiva en la que ni el frío frenó las ganas de diversión del público. Porque en Lalín el Carnaval no tiene el arraigo de otras zonas de Galicia y el Cocido es, por ello, la antesala de esta celebración que concentra en el municipio al público con dos motivos; la diversión y el gusto por la buena mesa. Así lo debió entender el pregonero, el periodista Pedro Piqueras, que calificó la cita como "el pórtico de la apertura del Carnaval en Galicia".

"¿Vino Feijóo otra vez?", exclamó un vecino en el interior del consistorio cuando el titular del gobierno gallego entró en el edificio para presidir el capítulo de la Encomeda. El político presidió este acto, pero ya había estado en la gala gastronómica del viernes, invitado por el gobierno local. Fueron nombrados siete nuevos comendadores, en un año en el que los excargos y dirigentes del Partido Popular tuvieron, quizá, demasiado protagonismo. De los siete, al margen de Piqueras, tres pertenecen a esta formación política.

La celebración fue aprovechada para convocar una protesta contra la instalación de la incineradora de O Irixo y un nutrido grupo de personas se concentró delante del palco de autoridades, en el desfile, portando pancartas en contra de la puesta en marcha de la planta. La ejemplar protesta se saldó sin incidentes y representantes de la plataforma Incineradora no Deza Non entregaron sendas cartas al presidente de la Xunta y al alcalde, José Crespo.

El alcalde se mostró pletórico, como es habitual en él en este día, y arropado por decenas de comendadores fue nombrando a cada uno de los nuevos miembros de esta orden gastronómica. Después de que Piqueras plasmase sus manos en el molde, que se pretende instalar en la futura Rúa dos Pregoeiros [esta iniciativa fue anunciada por el gobierno local tiempo atrás], finalizó el capítulo de la Encomenda, que Crespo pretende llevar el año próximo al Pazo de Liñares. "Me gustaría que fuese allí, aunque tendría que ser otro día", dijo. Tras este acto protocolario, en la que Crespo agradeció a cada uno de los nuevos comendadores su implicación con la localidad, la comitiva partió hacia el campo de la feria para, a las 12.20 horas, inaugurar oficialmente la fiesta con el protocolario corte de cinta. Por este recinto era casi imposible avanzar, pues la gente quería ver de cerca al pregonero, que se detuvo en varios de los puestos de venta de carne para comprobar la calidad de los productos del cerdo de la zona. Mientras, los bares comenzaban de los productos del cerdo de la zona. Mientras, los bares comenzaban a llenarse de gente y la rúa Rosalía de Castro, Loriga y la Praza da Igrexa se asemejaban más a las vías de una gran capital que a las de un municipio de 21.000 habitantes.

"Todos podéis consideraros hijos adoptivos de Lalín, porque todos tenéis motivos más que sobrados para ser reconocidos", dijo Crespo a los nuevos comendadores. Piqueras fue el primero el realizar, en gallego, el juramento como nuevo garante del Cocido. "Tenía noticias de la importancia de esta fiesta, pero no pensé que tuviese esta dimensión", señaló, antes de firmar en el libro de la orden, con el artista lalinense Antón Lamazares como nuevo escribano oficial. "Cuando me vaya de embajador a Montevideo me llevaré dos maletas; una con objetos personales y otra con el cariño que siempre me dieron en Lalín", manifestó el exconselleiro de Cultura, Roberto Varela, tras ser investido con la capa diseñada por el modisto local Florentino. De la exvicepresidenta de la Diputación Teresa Pedrosa, el Gran Comendador destacó su trabajo por poner a Lalín dentro del mapa turístico, mediante los programas del organismo presidido por Rafael Louzán, presente también en la fiesta. El presidente de la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami), Anxo Queiruga, agradeció al Concello que facilitase a unas 70 personas que pudiesen acudir a la fiesta con zonas reservadas. Julio Lage, presidente de la Asociación de Empresarios Gallegos en Madrid incidió en la dimensión que alcanzó la cita gastronómica, mientras que el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, aludió a sus raíces dezanas y que cumplir con la obligación de degustar al menos un cocido al año no supone ningún esfuerzo para él. "Ya llevo varios", proclamó. El momento más emotivo llegó con el nombramiento de la responsable de la escuela infantil del hospital Clínico, Ruth Gómez. "El primer niño que vi morir en el hospital era de Lalín y eso me hizo replantearme muchas cosas. Me di cuenta del orgullo que supone trabajar con estos pequeños", declaró.

Pregón

El periodista Enrique Beotas fue el encargado de presentar al pregonero, que realizó una breve pero atractiva intervención. El presentador albaceteño, jefe de informativos de Telecinco, dijo que el cocido no era, de niño, uno de sus platos preferidos, hasta que luego lo descubrió en Madrid. En su alocución citó a Álvaro Cunqueiro como gran gastrónomo y al literato Vicente Risco "que dijo que para estas fechas se guardaba la cabeza y el rabo del cerdo para celebrar el inicio de estas fiestas y para recordar que también suponían el término del tiempo de comer carne por la proximidad de la Cuaresma". Aludió a la docenas de sabores que se pueden degustar solamente "en la cabeza del cerdo", sin olvidarse de algunos hijos ilustres del municipio o ensalzar al monasterio silledense de Carboeiro. "Este es un proyecto [el Cocido] que debe perdurar en el tiempo y, aparte del aspecto gastronómico y festivo, esta cita es una invitación, que afecta a forasteros como yo a recorrer la villa. Es preciso organizar alguna excursión por la comarca y divisar desde el alto de la sierra del Faro algunos de sus monumentos o acercarse a las riberas de algunos de estos ríos", declaró Piqueras. "Gracias a todos por su paciencia y bo proveito a todos, saúde", con estas palabras concluyó su intervención en pregonero, aplaudido por el público en un día de abrigos y bufandas para aplacar el intenso frío que hacía en Lalín.