El Instituto Ferial de Vigo (Ifevi) se convirtió por unas horas en un inmenso escenario por el que pasaron más de 1.000 músicos y bailarines. El III Certamen de Rondallas de Vigo, organizado por el Concello con la ayuda de la Diputación de Pontevedra, volvió a poner en valor estas actuaciones. A diferencia de lo que sucedía hace años, cuando las rondallas concurrían en un concurso en el que había una formación ganadora, ahora lo hacen en una exhibición en el que el único objetivo es mostrar todo su potencial para recibir el caluroso aplauso del público, que una vez más abarrotó las gradas del recinto, con un aforo para 6.000 espectadores.

Las normas sí que son las mismas que en una competición. Cada participante tiene 12 minutos para expresar su talento. Todas y cada una de las rondallas cumplieron escrupulosamente con el tiempo asignado, algunas ajustándolo hasta el último segundo. Para lo que sí existe total libertad es para elegir el número de integrantes y la edad de las mismos. Ayer, el participante más joven tenía apenas cuatro años y el más veterano superaba los setenta.

VÍDEO | "Thunderstuck", a ritmo de gaita y pandereta. // P.P.

Este festival de rondallas no tiene comparación en Galicia. "No existe un evento de esta índole en toda la comunidad que arrastre a tanta gente a un lugar bajo techo", explicó el presentador instantes antes de comenzar el desfile de agrupaciones. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, entregó a los participantes un trofeo que recordaba su actuación y puso en valor el nivel del certamen. "Todo el mundo conoce el extraordinario nivel de nuestras rondallas, que son las mejores de Galicia", comentó Caballero.

Un total de 13 pasaron ayer por las instalaciones del Ifevi, todas ellas de Vigo y su Área Metropolitana. La primera en pisar el escenario fue la de Herville de Mos, que presentó a 75 rondalleiros y ofreció una actuación que recordó a las formaciones más tradicionales. Le siguió Parada, de Nigrán, que contó con la abanderada más joven de todo el certamen, con tan solo siete años.

Las de Valladares y Beade impresionaron a los asistentes con sus vistosos desfiles y la formación Helios de Bembrive, la más longeva de todas, mostró su perfecta mezcla de tradición y modernidad.

Por su parte, las de Zamáns y Vincios introdujeron los primeros temas procedentes del cine y la del Centro Cultural Santa Eulalia consiguió la mayor ovación del público gracias a su espectacular puesta en escena y a los arriesgados pasos de sus integrantes sobre el escenario.

Los 92 miembros de la rondalla de Pontellas dejaron a los espectadores boquiabiertos irrumpiendo a ritmo de la conocida canción de la película "Rocky" y cuando desde sus cascabaleras salieron unas llamas que hicieron subir la temperatura en las gradas. La CC de Vincios sacó una sonrisa con su particular interpretación de la canción "Mi gran noche", de Raphael, y Nosa Merced de Chaín cerró el certamen bajo la batuta del joven director Gonzalo Fernández.