Entre las muchas fiestas singulares que salpican el Entroido ourensano en su día grande, los de Covelo, Melón, y As Teixugueiras, Cartelle, son dignos de mención. El primero, en plena montaña, tiene como protagonista a un rey a caballo que debe proteger su corona en la subida al Coto da Raña. La procesión incluye un carro con una pareja de novios, Santo Entroido y Santa Entroida, y danzantes y 'mayordomos' que protegen al soberano.

En As Teixugueiras, los jóvenes del pueblo tiran de un carro con un meco tallado el día antes a machada en un tronco de pino. La figura, con corbata rosa fucsia y flequillo representaba a Donald Trump y fue arrojada por pistas y pendientes sin piedad alguna. Esa es la gracia de este disparatado entroido rural, ensañarse con un meco que representa a un desalmado recaudador de impuestos.