Las visicitudes de un grupo de niños sometidos al sistema educativo de posguerra hacen reír aunque también recordar y reflexionar a públicos de todas las edades en "O florido pensil". Cinco de los más reconocidos actores gallegos Xosé Manuel Olveira "Pico", Antonio Durán "Morris", Federico Pérez, Josito Porto y Alfonso Agra protagonizan esta adaptación al gallego del popular texto de Andrés Sopeña que ya se representó en el concello de Vigo pero que, tras el enorme éxito cosechado en cada uno de los teatros en los que han actuado, regresa a la ciudad. La cita será este viernes y el sábado a las 20.30 horas en el Teatro de Novacaixagalicia y las entradas están a la venta en el portal entradas.novagaliciabanco.es.

Las obra regresa a los escenarios tras cerrar 2011 con 12.000 espectadores en 23 funciones que lograron colgar en casi todas ellas el cartel de aforo completo. Se estrenó por vez primera en 1996 y se convirtió en uno de los fenómenos teatrales de los últimos años en España con más de 3.000 funciones en las tres versiones que se hicieron (castellano, catalán y euskera).

Las situaciones reconocibles para los que estudiaron en esa época son el principal enganche según destacó ayer Morris. "Para todos es una comedia desternillante pero muchos tendrán una sonrisa amarga al recordar algunas cosas".

Morris se mostró encantado de actuar en el teatro de Novacaixagalicia. "Este teatro representa algo especial para nosotros y especialmente para mí, que llevaba ocho años sin hacer teatro", resaltó. El actor destaca los "tiempos tan difíciles" que vive el teatro y lamenta que se han perdido "casi todos los apoyos institucionales que teníamos". La autogestión, asegura, "es la única opción que nos queda y muchas compañías no se lo pueden permitir", lamenta.

Alfonso Agra, por su parte, corroboró que "O florido pensil" es "una manera fantástica para recordar con sarcasmo esta época" y destacó que, esencialmente, "es una comedia". "Una comedia trepidante", apuntó Josito, otro de los actores del montaje que asegura que los propios intérpretes "tenemos que hacer en ocasiones un gran esfuerzo por no echarnos nosotros mismos a reír". La reacción del público, coinciden todos, "ha sido impresionante: vienen padres e hijos y nos comentan las cosas en la calle", aseguran.

Josito recuerda que él mismo vivió algunas de las situaciones que se retratan en la obra. Morris recuerda también sus años escolares en el Colegio Labor de Vigo. "Era un colegio de disciplina en el que estudié el espíritu nacional", apunta. Como sucedía en la realidad, en la obra aparece lo que llaman los actores "un bilingüismo forzado". "Las clases se daban en castellano y los comentarios se hacían en gallego".