"Priscilla. La reina del desierto" ya calienta motores para su estreno esta noche en el Auditorio Mar de Vigo. Ocho tráilers descargaron toda la logística y el vestuario del musical y ayer apuraban el montaje para deslumbrar esta noche. El escenario se divide en cuatro "capas" que permiten ordenar a los actores y a los operarios durante las más de dos horas de espectáculo.

"El reto del escenario es transmitir que los protagonistas están viajando a través del desierto australiano", apunta el jefe técnico del proyecto, Guillermo Cuenca, que también bromea sobre que el la coreografía de detrás del escenario, con más de 60 técnicos trabajando a la vez, es "casi más espectacular que lo que se ve fuera, solo que menos divertido".

"Priscilla", el autobús de cinco toneladas que da nombre al espectáculo, ya presidía ayer el escenario. Está completamente robotizado y sus movimientos están controlados por un programa 3D que le marca la ruta sobre las tablas. Esta es la primera vez que llega a Galicia el espectáculo original, el que se estrenó en Londres, que también cuenta con el vestuario auténtico del musical, que cuenta con un premio Óscar y un Tony.

"La peculiaridad de utilizar el vestuario original es que el casting de los actores se tiene que hacer también en función de que entren en los trajes", cuenta el jefe de vestuario Juanjo Dex, responsable de los más de 500 trajes que se lucen en el musical. Además de las 250 pelucas y tocados, la mayoría de pelo natural, que además lavan y peinan antes de cada viaje de la gira.

Como todos los cambios durante la función son muy rápidos, los protagonistas tienen a sus propios ayudantes. "A veces les cambiamos el maquillaje en diez segundos", asegura Débora Carbonell. Pero tienen sus trucos, como las máscaras con las que cuenta cada actor para evitar el maquillaje real y facilitarles el trabajo. "Empleamos kilos de purpurina al mes", añade.