Lalín fue ayer escenario de sendas concentraciones de apasionados del motor, que reunieron a cerca de 150 personas y casi un centenar de automóviles y motocicletas. En ambos casos el cocido fue el reclamo para atraer a la capital dezana a personas de otras zonas de Galicia, si bien la mayor parte de los participantes en ambas iniciativas eran de la comarca.

La más concurrida fue la I Xuntaza de Clásicos do Cocido, organizada por la Escudería O Toxo lalinense. Unas 110 personas se citaron a las 11.30 horas en la Praza de Galicia para, poco después, salir desde el nuevo consistorio en dirección a O Corpiño y de allí a Silleda, donde degustaron un tentempié. Cuatro autobuses de la empresa trasdezana Cuiña encabezaban la expedición, seguidos de otros 73 turismos. El más veterano, uno Citröen Traction 15 de seis cilindros y construido en 1952. Por las carreteras circularon varios clásicos como los Mini, algunos Mercedes Benz de distintos años y al menos dos MG. Después de tomar unos pinchos en el hotel Oca Katiuska de Silleda, el grupo tomó la carretera de Cortegada para desplazarse hasta Laro y de allí a la parroquia lalinense de Vilatuxe, donde unas 110 personas degustaron un cocido en el restaurante O Cruce. Juan Recimil, uno de los organizadores, se mostró muy satisfecho con la participación de vehículos en un día en el que la climatología acompañó. La escudería ya piensa en la edición del próximo año, aunque por el momento no está cerrada la fecha. En todo caso será cerca de la Feira do Cocido, pues este es uno de los reclamos de los promotores para reunirse al menos una vez al año.

Por otro lado, unas 35 personas tomaron parte en la 6ª concentración motera organizada por vecinos de la zona, que se reúnen para comer un cocido. Parte de la expedición estaba formada por agentes de la Guardia Civil de Tráfico que estuvieron trabajando en la zona y que ahora están en ciudades como Vigo o Pontevedra. El grupo de foráneos fue recibido en O Carballiño y desde allí tomaron dirección Lalín para comer luego en el restaurante La Estación, de Botos. Tras la comida y hablar ya de la cita del año próximo, los dezanos acompañaron por carretera a los otros moteros hasta cerca de Cerdedo.