Desde que tenía tan solo 9 años, Víctor Prieto ya conocía a la perfección cada una de las teclas del acordeón. Ahora, es reconocido por los críticos de la música como uno de los mejores acordeonistas del mundo. Una beca concedida por el Berklee College of Music permitió al ourensano "cruzar el charco" y convertirse, lejos de casa, en el primer y único alumno especializado en Jazz Performance hasta la fecha. De vuelta en su ciudad natal, dedica parte de su tiempo a impartir clases magistrales y preparar el concierto de esta tarde-noche en el Teatro Principal, escenario en el que jamás tocó a lo largo de su carrera.

-Llega a Nueva York, no le quieren aceptar en el Berklee College de Boston, le quitan la beca? Vaya manera de debutar en EEUU.

-Como no había acordeón en el Berklee College, no me querían aceptar. La beca que me dieron fue para estudiar jazz, pero no existían estudios de acordeón. Tuve que hablar con distintos departamentos hasta que me aceptaron. Les dije que de ninguna manera me iba a volver a España después de todo.

-Y sigue sin haber estudios de acordeón.

-Llevo tiempo intentando que se pueda estudiar en el Berklee College, pero de momento no ha cuajado bien. Aún así, imparto cuatro clases magistrales de acordeón al año en el Berklee College of Music.

-¿No se valora el acordeón en EEUU?

-Hay un valor acordeonístico bastante grande y hay miles de acordeonistas americanos.

-¿A qué se dedicaba cuando llegó a EEUU?

-Lavaba platos, aparcaba coches, trabajaba en la cafetería del Berklee College, en una tintorería?

-¿Y cuándo le permite el acordeón ganarse la vida?

-Cuando llego a Nueva York, en el año 2002.

-¿Cuál es el precio del peaje al cruzar el puente entre Ourense y EEUU?

-Estar lejos de la familia y adaptarse a una cultura diferente. La vida en Nueva York es mucho más estresante? Y si a eso le sumas dos hijas, ya ni te cuento.

-¿Qué es lo que más echa de menos allí?

-La tranquilidad. Aquí, se vive con dos duros. Allí, no; si no tienes dinero, no tienes vida. Echo de menos estar más cerca de Europa, más cerca de la familia.

-¿Qué es lo más bonito que le ha dado Nueva York?

-He desarrollado toda mi carrera allí y tengo dos hijas que han nacido en Nueva York. Imagínate.

-¿Tiene en mente volver?

-Claro que sí. Al estar casado y mi mujer trabajando allí, es un paso complicado. En el futuro, si no es para Galicia, es para el País Vasco, Francia o Alemania o algún otro lugar cercano a Galicia. Para mi trabajo, me daría igual vivir aquí o en Nueva York con tal de tener algún aeropuerto cerca, ya que estoy de gira continuamente. Me vendría mañana a vivir a Ourense. Si el trabajo de mi mujer le permitiera venirse a España, nos vendríamos.

-Nueva York desgasta mucho.

-Vivir allí con dos hijas es muy caro. De guardería, pago 1.780 dólares al mes por mi hija pequeña. Son 60.000 dólares hasta que empieza el colegio público. Ya pagué eso por mi hija mayor de 7 años. Si no tienes dinero, te tienes que ir o te vas a vivir a un barrio muy malo en el que el colegio es muy malo. La educación no funciona como aquí: cuanto más caro sea, mejor será. Nueva York es un monstruo. Nueva York es dinero. Incluso habiendo racismo, da igual que seas negro o blanco si tienes dinero. Tener 'pasta' en Nueva York no significa tener 2 millones de euros, sino más.

-¿Qué opina de una sociedad con esos valores?

-Estoy cansado, quiero más tranquilidad. Me pone enfermo estar pensando en dinero continuamente. La ciudad de Nueva York es así y EEUU es un país capitalista.

-¿Le da más de lo que quita?

-Todo artista debería pasar por Nueva York unos años para enriquecerse musicalmente. El nivel es altísimo. Es una ciudad que te pide constantemente mucho, que te quema, no puedes vivir del cuento, tienes que estar renovando las ideas continuamente.

-¿Se arrepiente de algo al haberse marchado?

-No. Si no me hubiera ido, no tendría la carrera que tengo ahora. De lo que sí me arrepiento es de seguir estando allí. Ahora, mi prioridad no es la de estar demostrando continuamente lo que hago, quiero estar más tranquilo, que mis hijas crezcan con una cultura más europea. No quiero que mis hijas crezcan en Nueva York.

-¿Qué le transmite el acordeón?

-Morriña, 'feeling' con Galicia.

-Es la raíz que le permite comunicarse con Galicia.

-Sí. La gaita y el acordeón son los instrumentos que más me recuerdan a nuestra tierra.

-¿Se valora en Galicia este instrumento?

-Sí, claro. Está en todos los conservatorios y escuelas de Galicia y muchos lugares de España. Se valora mucho.

-¿Qué significa para usted volver a Ourense para enseñar lo que sabe?

-Imparto clases magistrales a artistas que tienen un nivel muy alto, procedentes de Francia, Italia, Alemania, Portugal, Barcelona y País Vasco. Muchos de ellos vienen a Ourense pagándose todo para estudiar conmigo. Me encanta dar clases y pasar la información que tengo a las nuevas generaciones de Ourense y del resto del mundo, gente que quiere saber cómo llevar la música a otro nivel y hacer lo mismo que yo o mejor.

-Ya lleva cuatro años impartiendo clases magistrales..

-Esto lo empezó un chaval de Barcelona, que venía a Ourense a que le impartiera clases de este tipo. Primero, vino durante dos años a Manhattan a estudiar conmigo. Pasaba alrededor de diez días cada año. Fue él quien me dijo: ¿por qué no impartes clases magistrales en Ourense? Él me dio la idea.

-El concierto en el Teatro Principal es para usted?

-Tocar en el Principal dice mucho para mí, es un concierto que me toca el corazón porque es la primera vez que toco ahí como líder presentando un proyecto. Estoy muy emocionado. Espero que la propuesta musical le guste al público. Será un puente entre Nueva York y Ourense, una unión de culturas. La gente va a escuchar temas como "Mundos Celtas" o "Chatting With Chris".

-¿En qué se parecen ambas culturas?

-En nada. Son culturas totalmente distintas. ¿En qué se parecen una hamburguesa y una mariscada?, ¿y un perrito caliente y unas navajas? (ríe)

-Entonces, ¿cómo se unen en una canción?

-Juntas el jazz y las músicas del mundo con la muiñeira y músicas de aquí. Haces que eso funcione.