La Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria escogió al traumatólogo y presidente de la compañía logística y de transportes Babé y Cía, Javier González-Babé Ozores, para portar el estandarte de la procesión del próximo domingo. Encabezar la comitiva no ha incrementado el nerviosismo del cirujano, especialista en mantener la calma en momentos de tensión, aunque sí le ha llenado de "honor y orgullo" poder representar a toda la ciudad. Al Cristo le pedirá "protección, paz y tranquilidad" para todos los vigueses.

-¿Qué sensaciones tuvo cuando le comunicaron que portaría el estandarte del Cristo de la Victoria durante la procesión?

-Es un honor y un privilegio que la Cofradía y su presidenta hayan pensado en mí para representar a todos los vigueses en la comitiva. Estoy muy agradecido aunque no sé si soy digno merecedor del nombramiento.

-¿Es asiduo a la procesión?

-Comencé a acudir al Cristo de la Victoria cuando era un niño y acompañaba a mi madre, pero no he asistido todos estos años. No soy un adicto a la procesión.

-¿Qué supone para usted el Cristo de la Victoria?

-Primeramente como portador del estandarte me supone un gran respeto por todo lo que simboliza en la ciudad, tanto para aquellos que tienen fe por el Cristo como para los que asisten año a año siguiendo la tradición histórica que tiene la procesión en todo el mundo. Para mí es un honor representar a los vigueses en un momento así.

-¿Ha visualizado en su cabeza el recorrido del domingo?

-Siempre se te pasa por la mente todo lo que puede ocurrir en un evento de la magnitud del Cristo de la Victoria en Vigo, pero siempre lo repaso con enorme respeto porque soy conocedor de que estoy representando a decenas de miles de vigueses, algo que jamás me pude imaginar.

-¿Se han apoderado de usted los nervios o vive los días previos con calma?

-Por fortuna lo llevo bastante bien. No dejo de ser un cirujano y presidente de una compañía familiar y, aunque es una situación diferente a todas las que he vivido hasta ahora, creo que conservo la tranquilidad gracias a mis años de vida laboral.

-¿Qué le han dicho sus familiares más cercanos?

-Me han mostrado su orgullo por representar a una familia que se ha sentido y ha luchado siempre por esta ciudad.

-¿Se imaginaba en estos últimos años que portaría el estandarte del Cristo de la Victoria?

-En absoluto. Fue algo tremendamente sorpresivo y muy gratificante.

-¿Le pide algo de cara al domingo?

-Yo soy creyente y simplemente le quiero pedir al Cristo que proteja a todos los vigueses y que nos conceda paz, tranquilidad, sosiego y trabajo. Seguro que todo ello está en la mente de aquellos que comparten fe y tradición por este símbolo tan importante para la ciudad. Para mí representa la protección que refleja su apellido -de la Victoria- y muchos de los que asistan a la procesión buscarán su amparo.