Objetivo cumplido. Y brazos rotos. Gabriel Domínguez García, el osado vigués que ayer a las cinco de la tarde tomaba el reto de superar el récord mundial de un solo de guitarra continuado, batía la marca que hasta el momento atesoraba el alemán Thom Kubli tras pulverizar sus siete horas, cinco minutos y cuatro segundos y dejarlos en la marca de siete horas, diez minutos y seis segundos.

"Desde hace dos años, mis amigos y yo visitamos una o dos veces las exposiciones del MARCO. Vamos a todas y cuando vi el cubo de Kubli no me lo pensé y me anoté", explicaba este joven vigués de 18 años poco antes de acometer el tercer intento de batir el récord de solo de guitarra establecido por el artista dentro de "Record Attempt", una de las performances de la exposición "Presencia activa" del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo. Anteriormente lo intentaron otros dos candidatos, Francisco Javier Fragueiro Vilanova y Álex López Fernández, que se quedaron muy lejos de la marca del artista –57 minutos y 40 segundos, el primero; y una hora, 31 minutos y 25 segundos, el segundo–. "Asumo el reto como un desafío personal, que afronto con mucho esfuerzo, pero con muchas ganas porque me veo capaz de conseguirlo", añadía.

Para batirlo, este estudiante del IES de Teis de Vigo, que aprendió a tocar la guitarra cuando sus amigos y él formaron la banda de la que es guitarrista y cantante, The Unnamed, estuvo ensayando durante más de una semana. Hasta cinco horas "mantuvo el tipo" ante las cuerdas de su guitarra. "Lo que veo más complicado es aguantar sin beber y sin ir al cuarto de baño", reconoce.

En la pecera de Kubli, ejerciendo de testigo y acompañándole en el desafío, su amigo Esteban Bernárdez, vestido de traje, tal y como exige la convocatoria de Kubli. No es uno de los miembros del grupo, pero sí los colabora con ellos. "No sé qué es más duro, si estar horas tocando sin parar o estar mirando", reconoce.

A las cinco de la tarde se ponía en marcha, una vez más, el reloj de "Record Attempt" y dentro del cubículo blanco, el joven guitarrista, alternando temas clásicos de grupos como Led Zeppelin con composiciones de su quinteto –han grabado una maqueta y preparan la segunda– e improvisaciones. "Me gustaría dedicarme a la música, aunque no sé qué haré porque la cosa está muy complicada", reconoce. Muchos de sus compañeros de instituto se acercaron hasta el museo para ver en directo su hazaña, que también pudo seguirse, segundo a segundo, a través de la web del MARCO.