MARÍA LÓPEZ | VILAGARCÍA

La primera edición del festival "Folk no Alobre" se celebró ayer durante todo el día en el parque vilagarciano de O Castriño con buen ambiente y un público fundamentalmente familiar formado por personas de todas las edades. En la asociación Pés de Barro, organizadora del evento, se muestran satisfechos y "muy contentos" con "la respuesta de la gente", pues en algunos talleres hubo que aumentar el límite de participantes, como por ejemplo en el de elaboración de "tarrañolas" (instrumento musical de percusión), que inicialmente estaba previsto para un máximo de 20 personas. Pero sin duda fue el de danzas del mundo (impartido finalmente por Serxio Cobos), ya por la tarde, el que mayor expectación causó entre los asistentes. El de baile tradicional también tuvo

Después de las actividades matutinas los romeros repusieron fuerzas con la comida que cada uno llevó de su casa. La organización colocó mesas y bancos para que los asistentes pudiesen almorzar más cómodamente.

El Folk no Alobre no se libra de las precipitaciones, pues además de haberse aplazado del 29 de julio al 27 de agosto por mal tiempo, ayer la organización decidió adelantar los conciertos una hora (de las 19.00 a las 18.00 horas) debido a la previsión de lluvia para la noche. "La gente no puso ningún inconveniente y respondió muy bien", agradece Daniel Abade, de Pés de Barro.

Así, en lugar de dar el pistoletazo de salida a los conciertos la agrupación folclórica O Souto de Rubiáns, se encargó de abrir boca al público Primordiais, un grupo al que dan vida Marcelo Dobode y Luís Martíns con nuevos aires de folk y de jazz.

En los cambios de escenario los asistentes disfrutaron de la banda local, a la que siguió Habelas Hainas y Carapaus, que cerró el festival folk.

Habelas Hainas está formada por cuatro jóvenes multiinstrumentistas que incorporan teatralidad y artes plásticas y visuales en cada espectáculo, siempre con la música tradicional como punto de partida. Carapaus, por su parte, se definen como "ghaiteiros revolusionarios".

Ayer se estrenó el festival "Folk no Alobre" pero también O Castriño y el entorno del yacimiento arqueológico de Alobre como lugares de romería. Sin duda una forma distinta a la habitual de promocionar y divulgar uno de los pulmones verdes y enclaves patrimoniales ubicados en el corazón de Vilagarcía.

La Diputación de Pontevedra ha llevado a cabo obras de excavación y consolidación en el Castro Alobre que han sacado a la luz más de 20.000 piezas, entre las cuales destacan la importante presencia de metales y algunos hallazgos inéditos.

El Concello de Vilagarcía, por su parte, organizó excursiones escolares al yacimiento para darlo a conocer entre los propios vilagarcianos, pero falta que el Ministerio de Fomento cumpla su compromiso de musealizar el castro para facilitar la comprensión al visitante mediante la instalación de señalización y paneles informativos.