Nueve días, 216 horas, 12.000 minutos... cuente como se cuente, el Carnaval está a la vuelta de la esquina y con él llega uno de los eventos más multitudinarios, divertidos y festivos del año: el desfile de comparsas y carrozas. García Barbón, Policarpo Sanz y Portal do Sol se cortan al tráfico durante buena parte del día para convertirse en un improvisado escenario de las más atípicas y singulares representaciones; desde una jauría de dinosaurios, una revolución de bichos, los animales del arca de Noé, gladiadores romanos en plena batalla.... Son muchas las alternativas y también los aplausos de los miles de vigueses y vecinos del área metropolitana que año tras año siguen fielmente el desfile.

Sin embargo detrás de cada comparsa, de cada disfraz o de cada representación hay meses y meses de trabajo. "Aún no terminamos de decorar y confeccionar todo para Navidad cuando ya nos tenemos que ir juntando para decidir nuestra temática de Carnaval", cuenta Ana Martínez, miembro de la AA VV Novo Vigo, quien participa junto a la asociación vecinal Emilio Crespo de Navia y APAMP. Y precisamente en estos quehaceres pasaron la tarde de ayer. Usuarios, terapeutas y miembros de las diferentes AA VV se dieron cita en las instalaciones de Pedra Seixa para confeccionar sus trajes para el desfile del día 10 de febrero. Si el año pasado "viajaron a los 80", en los próximos días recorrerán más de 10.000 kilómetros, llegando incluso a cruzar el charco. México -en concreto una de sus culturas- es la temática de su comparsa, todavía en elaboración pero con gran parte de los detalles ya terminados.

"Empezamos a finales de septiembre, somos cerca de 20 personas las que trabajamos como podemos para confeccionar todo. Cada uno se hace su traje y luego seremos más de 100 los que desfilaremos", cuenta Ana Martínez. Pero no lo harán de cualquier manera. Bajo la música de "Cielito Lindo", los usuarios de la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral con los monitores comandando sus sillas de ruedas ensayaban su chida coreografía. "Personas de todas las condiciones y todas las generaciones participan, lo importante es que ellos disfruten y lo pasan bien; solo hay que mirar lo felices que están", narra, satisfecha, Ana Martínez.

También apuntalando los últimos tableros se encuentran los vecinos de la Western Beade City. Si ya la edición anterior destacaron con su catedral de Notre Dame y sus jorobados; este año los vaqueros, sheriff, indios y bailarinas de cancán tomarán las calles viguesas. "Hemos querido ir un paso más y vamos a interactuar con la gente, los más pequeños sí bailarán una coreografía pero los más mayores haremos un espectáculo diferente", explica Maribel, organizadora de las fiestas carnavaleras de Beade. Los materiales de su Saloon son "completamente" reciclados de otras carrozas o de carpinterías.

A pocos kilómetros de distancia, en el Centro Cultural y Recreativo de Valladares ultiman también los detalles de su comparsa; una mezcla de deporte y espectáculo que no dejará indiferente a nadie.