Chico Freeman (1949) se gestó entre música. Su abuelo brilló como instrumentista en el jazz; su padre heredó esta magia y su madre fue cantante de gospel. Tras salir del útero, escuchó las historias sobre su abuelo y Louis Armstrong. Estas anécdotas no, pero la música de Chico Freeman junto al pianista Fritz Pauer; Johannes Strasser (bajo) y Joris Dudli (batería) sonará en el Teatro Salesianos hoy a las 20.30 horas dentro del Festival de Jazz de la Fundación Barrié de la Maza.

"Mi padre –responde por e-mail– me contaba cómo solía escuchar a su padre en duetos con Louis Armstrong en la sala de estar cuando era un niño. Louis Armstrong vivió con ellos durante una temporada cuando llegó de Nueva Orleans a Chicago. Era un gran amigo de mi abuelo George Freeman. Mi padre me contó que Armstrong no era muy fan de Charlie Parker. Es gracioso porque ocurre lo mismo con la generación rap de hoy. Charlie Parker era como Jay Z para la generación de mis padres. A muchos músicos de jazz no les gusta el hip hop, esos eran los sentimientos de Louis hacia el bebop (estilo de jazz nacido en los 40 de tempo rápido)".

–Usted ya ha actuado en España, ¿qué recuerda?

–Los dos recuerdos más fuertes que tengo son cuando toqué en Madrid ante 15.000 personas con una reacción increíble; y en Granada, invitado con Don Pullen y Artur Blythe a un after hours de flamenco gitano donde tocamos con verdaderos músicos de flamenco hasta las once de la mañana del día después.

–-Su fin es explorar la música. A medida que cumple años, ¿aumenta o decrece ese anhelo?

–A medida que me hago mayor, esa llama sigue encendida, aunque el espíritu se haga más reflexivo a causa de la experiencia y del conocimiento que he acumulado durante los años.

–¿Cuál es el rol de la tradición y la herencia en su música?

–Nunca olvido de dónde provengo porque son las raíces que explican quién soy, pero soy consciente siempre de hacia donde me dirijo. A medida que experimento cosas nuevas intento relacionarlas con mi herencia y tradición de manera que procuro entender las tradiciones y herencia de los otros porque eso me da más visión de la esencia de las cosas. Y si todos esos elementos vienen juntos se puede producir algo muy poderoso.

–¿Qué consejo relacionado con la música y con la ética personal guarda de sus padres?

–Mis padres me dieron tanto en ambas áreas que me llevaría más de una página hablar de todo, pero hay dos que destaco: "Trata a los demás como a ti te gustaría que ellos te tratasen a ti" y "Sé siempre tú mismo, es fácil copiar pero es más difícil ser tú mismo y creer en ti, aunque esto te dé más recompensas".

–¿Qué edad tenía cuando llegó a sus manos su primer saxo?

–Realmente empecé a tocar piano cuando tenía cinco años. Después, toqué la trompeta y luego cambié al saxo. Me cambié porque el saxo me permite expresar más mi voz.

–¿Qué recuerda de su primer show como artista?

–Llevo actuando desde los seis años de edad. Creo que el primer concierto que vi fue uno en el que actuaba mi padre, Von Freeman, con Miles Davis en Chicago. Es difícil determinar cuál fue mi primer concierto como artista porque me llevó tiempo llegar a ese punto.

–¿Cómo ve la escena jazz ?

– La música sigue viva. Los tiempos y la tecnología han cambiado así que me siento en un gran estado de transición cuya meta aún queda por vislumbrar. Internet es una espada de doble hoja que corta por ambos lados. Nos inunda de mucha información, lo que dificulta filtrar lo mejor de lo mediocre. La escena del jazz no es tan visible con en los pasados años. Mucho de esto se debe a la situación financiera mundial pero eso también cambiará.