Según el diccionario de la Real Academia, "embobar" significa "entretener a alguien, tenerlo suspenso y admirado". Eso es más o menos lo que consigue Abraham Boba (David Cobas, según figura en su DNI), un músico vigués que lleva varios años labrándose un sólido prestigio fuera de Galicia, con tres discos en solitario y como integrante de la banda de Nacho Vegas, amén de trabajar con otros músicos de la escena "indie" como Julio de la Rosa y Aaron Thomas. Mañana actuará en el Auditorio do Concello de Vigo en formato acústico.

El elegante "pop de autor" de Abraham Boba ha sido comparado en ocasiones con la música de Leonard Cohen, Richard Hawley, Nick Cave y Tom Waits, entre otros artistas.

–Llevas casi un año con la gira de "Los días desierto". ¿Tu concierto en Vigo será una especie de despedida o un "hasta luego"?

–Desde luego no será una despedida. Tal como están las cosas lo mejor es mantenerse activo y no dejar de hacer música. Surgió la oportunidad de hacer una pequeña gira acústica durante este mes de abril y aquí es donde se encuadra este concierto de Vigo.

–¿A qué te has dedicado últimamente? ¿Continúas en la banda de Nacho Vegas?

–Sí, la gira de Nacho ha sido muy larga y todavía nos quedan algunos conciertos sueltos de aquí a verano. Por mi parte los últimos meses los he dedicado a componer nuevas canciones y a embarcarme en un proyecto instrumental junto con otros músicos de Madrid que se llama Forastero.

–¿Tienes nuevas canciones para tu cuarto álbum? ¿Adelantarás alguna en Vigo?

–Sí, tengo compuesto la mitad del disco y bastante claro el concepto de lo que quiero grabar. Llevo prácticamente un año con las canciones, haciendo, rehaciendo y descartando muchas de ellas. Supongo que mi nivel de exigencia conmigo mismo va subiendo y está siendo un proceso lento. En Vigo tocaré tres o cuatro canciones nuevas. Me interesa ver la reacción del público, porque son canciones que prácticamente no ha escuchado nadie.

–Perdiste una libreta con canciones escritas, aunque dices en tu "blog" que no la echas de menos en absoluto. ¿No estabas contento con ellas?

–Sí, me pasó precisamente en Vigo, en un concierto que hice el pasado mes de agosto. Tenía algunas ideas y canciones escritas. Cuando me di cuenta de que la había perdido no intenté recuperarla. Las cosas suceden por algo y creo que yo perdí esa libreta porque tenía que tomar otra dirección con las nuevas canciones. Nada de lo que había en esa libreta me servía para nada.

–El año pasado tocaste en la sala Playmóvil

–Actuaré solo, con diferentes instrumentos. He intentado hacer un set en el que suenan diferentes timbres e instrumentos a pesar de que esté yo solo en el escenario. No llevo nada grabado, todo lo voy construyendo en directo. Precisamente el Auditorio es un lugar ideal para este formato, ya que permite escuchar con tranquilidad y en silencio y que se cree una atmósfera perfecta para este tipo de conciertos íntimos.

–¿Cómo se ve la escena viguesa desde Madrid? ¿Tiene alguna repercusión allí?

–Yo creo que a estas alturas las escenas ya no están tan localizadas como hace años. Se puede hablar de una escena independiente a nivel nacional, pero ya no es tan importante de qué parte de España vengan los grupos. Y sí, hay grupos gallegos que están funcionando muy bien tanto en Madrid como fuera de España.

–Tocas el clarinete, además del piano. ¿Qué otros instrumentos tocas y cuál es tu preferido para componer canciones?

–Toco también el acordeón y la guitarra. Al clarinete no le dedico demasiado tiempo, así que tampoco considero que sea un instrumento que sepa tocar, pero me encanta hacerlo sonar de vez en cuando. Además, es un instrumento muy manejable, no como el piano, que es el que más utilizo. Para componer uso el piano y la guitarra y también un armonio que tengo en casa. Para las nuevas canciones estoy usando sobre todo la guitarra. Es menos visual que el piano y me permite acercarme a las canciones de una manera más intuitiva.

–Has hecho tus pinitos en el teatro. ¿Cómo resultó la experiencia? ¿Piensas repetirla?

–La verdad es que fue una experiencia apasionante, muy enriquecedora y completamente nueva para mí. Surgió una colaboración con una compañía de Madrid que se llama La Tristura. Lo que hicimos el pasado mes de noviembre fue una aproximación a una obra en la que estamos trabajando ahora y que se estrenará el próximo otoño. Además de actuar compondré la música para este espectáculo, así que, sí, repetiré.