"Pagaría a pena vir ainda que non nos gustaran os cabalos", reconocía una joven aficionada de Meis que llegó a Cangas junto a otros caballistas de Porriño y municipios limítrofes para disfrutar del entorno desde sus monturas. Supo de la belleza y espectacularidad de esta franja litoral por otros compañeros que ya participaron la pasada primavera de esta ruta ecuestre que organiza la asociación "Cabaleiros do Morrazo", volcada en los últimos meses en la tramitación de permisos para circular por las zonas más atractivas. Aún así, las restricciones del Concello y de Costas les obligaron a pisar asfalto, y en un tramo entre Santa Marta y Nerga resbaló un caballo cuyo joven jinete –vecino de Cela, en Bueu– salió despedido y fue arrollado por el animal, que le fracturó una pierna y obligó a trasladarlo a un centro hospitalario en una ambulancia del 061.

La comitiva había partido cerca de las 11 de la mañana del entorno de la antigua conservera de Massó, adonde la mayoría regresaron a última hora de la tarde. Algunos se aventuraron a cruzar por el túnel de Areamilla, mientras la mayoría prefirieron alternativas a cielo abierto. Santa Marta, Liméns (donde se instaló una carpa en la que, a mediodía, degustaron "porquiño ao espeto"), Temperáns, Nerga, Barra y Donón fueron otros núcleos del itinerario que recorrieron por caminos y pistas, bajando puntualmente a la orilla del mar para refrescar los cascos a los equinos. El avituallamiento se habilitó en Melide y Cabo Home, donde muchos de los participantes aprovecharon para tomar un tentempié antes de disfrutar de la Costa de Soavela desde la cima de los acantilados e iniciar el camino de regreso para compartir comida en O Frendoal.

Multitudinaria caminata por Donón, organizada por Fecimo

En Donón coincidieron los participantes en la ruta ecuestre y en la de senderismo organizada por Fecimo, que fue multitudinaria. El alcalde, José Enrique Sotelo, y el presidente de los comerciantes, Xosé Bangueses, se encontraban en la comitiva que partió a las diez de la mañana desde el entorno de la capilla de Santiago, y recorrió unos 11 kilómetros por las pistas forestales durante más de tres horas antes de regresar al punto de partida. En una jornada en la que el tiempo animó a disfrutar de la naturaleza no faltó la visita al Monte do Facho, donde los arqueólogos han sacado a la luz los vestigios del santuario galaico romano de Berobreo.