"Nunca se nos ha dicho ámate sino ama a tu prójimo como a ti mismo. La sociedad donde vivimos nos ha enseñado a predicar el amor hacia los demás y condena el amor propio, olvidando que el requisito para querer a otra persona es querernos nosotros primero. Y amarse a sí mismo es poner un muro a enfermedades, un dique de contención contra el sufrimiento mental ".

En una charla que dio en el Club FARO en la que fue presentado por la periodista de Televigo María García, Riso habló de cómo amarnos a nosotros mismos sin ser egoístas ni ególatras. En ella reivindicó la autoestima pero no una que implique falta de humildad. "Al contrario –señaló–, a más autoestima, más humildad. Nada tiene que ver, por supuesto, con el narcisismo porque éste es precisamente la presencia de los tres egos que no debemos tener: la egolatría, el egocentrismo y el egoísmo".

Riso, que publicó en Planeta "Enamórate de ti", tiene una tesis central: quererse a sí mismo es quizás el hecho más importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez más difícil de sobrellevar. "Curiosamente, –sostiene– nuestra cultura y educación se orientan a sancionar el quererse demasiado". Y el psicólogo hace una sugerencia central: que todos reforcemos nuestra propia estima porque "el amor a uno mismo es un dique de contención contra el sufrimiento mental.

"Promulgamos –matiza– el amor al prójimo, repudiamos la agresión y el maltrato a otros, pero incluso está bien visto que regateemos, economicemos y midamos las autoexpresiones de afecto. ¿Porqué ser miserables con nosotros mismos? Si nos amamos sin trabas, seremos capaces de amar y valorar a las personas y cosas bellas que nos rodean".

La edad de los 60

Según alguna encuesta realizada en 36 países que citó Riso, el 30 por ciento de la población afirma no tener una buena autoestima pero un 50 por ciento cree que podría ser mejor. "La edad en que mayor es la autoestima –afirmó– gira alrededor de los 60 años según este estudio, quizás porque a esa edad ocurre esa estado del "me importa un rábano".

En cuatro pilares basó Riso la configuración de la autoestima, y de cada una dio explicación entre incontables anécdotas con las que nutrió la conferencia: el autoconcepto (qué piensas de ti mismo), la autoimagen (qué opinión tienes de tu aspecto), el autorrefuerzo (en qué medida te premias y te gratificas) y la autoeficacia (cuánta confianza tienes en ti mismo). "La autoeficacia–dijo– es la capacidad de tener confianza en uno mismo, de sentirse capaz de llevar a cabo nuestra meta. En las situaciones límites los que sobreviven son los que persisten y persisten mejor quienes confían en sí mismos".

"Bien estructurados –afirmó– serán los cuatro soportes de un yo sólido y saludable; si fallas en alguno de ellos, tu autoestima se mostrará coja e inestable. Y yo diría que hay un principio fundamental: merezco todo aquello que me haga crecer como persona y ser feliz, sin que haga mal a los demás".

Durante nuestra infancia nos enseñan una serie de conductas de cuidado de nuestro cuerpo, sin embargo, perdemos de vista los aspectos psicológicos. Y lo cierto es que la construcción del autoestima "es un aprendizaje como cualquier otro. Es importante enseñar a un niño a que no se autocastigue". Prestar atención a la educación emocional de un niño, mejorará según este experto las posibilidades de un crecimiento mental sano.

"La gente que tiene una buena autoestima es la mejor superviviente ante una situación de crisis, porque las personas que se quieren a sí mismas desarrollan mejores estrategias para afrontarla", remacha Riso. "Por el contrario –dice– muchas veces nos regodeamos en el dolor. La cultura nos ha enseñado a llevar un garrote invisible, pero doloroso, con el que nos golpeamos cada vez que equivocamos el rumbo o no alcanzamos las metas personales".

"Amarse a uno mismo es la capacidad genuina de reconocer, sin vergüenza ni temor, las fortalezas y virtudes que poseemos, integrarlas al desarrollo de nuestra vida y volcarlas en los demás de manera efectiva y compasiva", explica.

"¿Cuántos Brad Pitt y Jolies veis por las calles?"

¿Cómo enfrentarse a un mundo en el que la imagen tiene una enorme importancia si nuestro físico no encaja en los patrones estereotipados? Según Riso, "hay que inventar códigos estéticos propios". Debemos tratar de ser menos críticos con nuestro físico, valorarnos en conjunto y dejar de ser "hiperobservadores". El autor preguntó, riendo, al público: "¿cuántos Brad Pitt y Angelina Jolie veis por la calle? ¿Cuántos hay aquí entre nosotros?". Y respondió: "la mayoría somos normales". Hay que saber valorar a las personas más allá del físico. "Hay que aprender a llevar el cuerpo –dijo– , somos un poco más que piel y huesos: humor, simpatía, arrojo...". Caer en la obsesión por el aspecto pude conllevar graves problemas psicológicos".

Los auto-esquemas

En resumen, lo que dice Riso es que lo que piensas y sientes acerca de ti mismo es aprendido y almacenado en forma de teorías llamadas auto-esquemas. Hay auto-esquemas positivos y negativos. Los primeros te llevarán a estimarte, los segundos a odiarte. "Nadie contempla y cuida a una persona que odia –afirma– . De manera similar, si la visión que tienes de ti es negativa, no te expresarás afecto, pues no creerás merecerlo. Si tu auto-esquema es positivo y no lo alimentas, se desvanecerá. Algunas personas, en lugar de felicitarse, disimulan su alegría con un parco y flemático: "No es nada" o "era mi deber".

Riso, apoyado en estudios de psicología experimental, afirma que la visión que se tiene de uno mismo es un factor determinante para generar vulnerabilidad o inmunidad a una serie de trastornos psicológicos.