La historia cuenta que las mujeres que tienen problemas para tener hijos o muchos abortos, vienen hasta el puente sobre el río Umia, en Ponte Arnelas y hacen un rito a partir de la media noche. Este ritual consiste en que el primer hombre que cruce el puente, realizará un encantamiento sobre el vientre de la mujer que desea tener un hijo. El hechizo consiste en echar agua sobre él, de ahí que ya sea un bautismo anticipado.

Después de realizado el rito, la familia de la mujer tiene que invitar a cenar a todo aquel que pasa por el puente, todo lo que sobre, e incluida la loza utilizada, debe tirarse al finalizar la cena al río.

Ese primer hombre que pasó por el puente y le practicó el hechizo, se convertirá en el padrino de bautismo del niño o niña que próximamente nazca, además debe encargarse también de buscar una madrina para el bebé.

Además la madre, al realizar este rito, también se compromete que si su hijo nace niño se llame Alberto, si por el contrario es niña, debe ser Alberta.