El Celtismo desafía a San Prudencio

Con más ilusión y fiesta que prudencia, el Celta contará con el apoyo de más de 1.000 seguidores este sábado ante el Deportivo Alavés. Con el objetivo de sumar tres puntos clave para sellar la permanencia en Primera y poder disfrutar en las cinco jornadas restantes, el equipo tratará ser algo más que un invitado de excepción para un fin de semana grande en Vitoria. El conjunto albiazul celebra hoy los 100 años del estadio de Mendizorrotza -junto a Mestalla, los únicos más antiguos que Balaídos en la categoría- además de la festividad de San Prudencio, patrón de Gasteiz. Un coctel de emociones y excusas para convertir el futbol en una excusa más para viajar.

Celtistas de todos los puntos cardinales se dieron cita en la capital vasca en el desplazamiento más multidisciplinario en varios años. Llegados en los siete buses de las peñas que partieron anoche de Balaídos,en coches particulares esquivando las heladas en Castilla o en tren y avión pese a la precariedad de las conexiones. En algunos casos, hasta 1.250 kilómetros desde Francia para un solo día en el destino final, poblando la calle Cuchillería o la plaza de la Virgen Blanca desde primera hora de la mañana.

Giráldez: "Cada victoria es un paso de gigante"

Vuelve a recuperar la ilusión

El celtismo vuelve a recuperar la ilusión por el equipo tras la llegada de Claudio Giráldez y la ilusión por seguirlo siempre que los horarios de La Liga lo permitan. Se notó en Sevilla el mes pasado, con sendos desplazamientos a Nervión y Heliópolis aunque el gran sueño fuera en La Cartuja. Lo hará seguro de nuevo en Madrid dentro de dos semanas ante el Atlético.

"Gracias por regalarnos la forma / de querernos un poco mejor / de acercarnos a los que están lejos / que regresan con cada gol" canta el Himno del Centenario babazorro. En 2021 Mikel Izal marcó un camino para este tipo de cánticos que C.Tangana consagró en Oliveira dos Cen Anos. Ambos fueron coreados en tierras alavesas junto a clásicos como el "Y solo hay" que hermana a ambas hinchadas.

Vitoria y Vigo brindaron juntos por otros 100 años de gloria y de amor correspondido después de soñar en Europa, en Copa o en salvaciones agónicas.