[**] - Dirección: Peter Berg. Guión: Jon y Erich Hoeber, basado en el juego de Hasbro. Fotografía: Tobias Schliessler. Música: Steve Jablonsky. Intérpretes: Taylor Kitsch, Alexander Skarsgaard, Liam Neeson, Rihanna, Brooklyn Dekker, Tadanobu Asano, Gregory D. Gadson, Hamish Linklater, Jesse Plemons, John Tui, John Bell, Peter MacNicol. Duración: 132 minutos. Nacionalidad: Estados Unidos.

Sus efectos visuales son, desde luego, espectaculares y cuenta con unos medios de producción sumamente generosos que hacen posibles situaciones impensables. Pero junto a estas virtudes propias de una superproducción «made in Hollywood», la película denota una ingenuidad notoria en su argumento y el exceso de escenas bélicas resulta agotador.

El reto de los dos guionistas, los hermanos Jon y Erich Hoeber, de convertir un juego tan aséptico como Hundir la flota en un relato apasionante y vibrante está lejos de alcanzar sus objetivos. Nadie duda de su rentabilidad en taquilla, y con ello no hay que descartar en absoluto la posibilidad de secuelas, aunque es evidente que las cosas se podían haber hecho mejor, sin acentuar la ingenuidad y sin llegar a semejantes extremos en materia de exaltación del heroísmo.

Los actores no se lucen en exceso, si bien todos ellos responden con efectividad a los arquetipos que incorporan, especialmente el protagonista Taylor Kitsch y la cantante Rihanna, la estrella ganadora del Emmy que debuta en la pantalla grande con aceptables resultados.

Casi más cerca en sus coordenadas argumentales de La guerra de los mundos que del juego de marras, el mayor inconveniente de la cinta es que no ha sabido aportar la consistencia necesaria a una historia planteada con criterios harto simplistas. De hecho lo que vemos no es otra cosa que el itinerario a la gloria de un joven, Alex Hopper, que pasa de ser un tipo sin oficio ni beneficio, que pierde el tiempo en los bares de Hawai esperando que la suerte le llueva del cielo, a convertirse en auténtico salvador de la humanidad.

Lo hará, por supuesto, ingresando en la Marina de Estados Unidos y demostrando unas cualidades notables para el mando. Es verdad que el azar, con la muerte de los oficiales que están por encima de él, entre ellos su hermano, influye en que se vea súbitamente al frente del mando de un buque de la flota estadounidense.