Había un riesgo palpable a la hora de trasladar a la pantalla la verdad sobre la forma en que el imperio McDonald de comida rápida sentó sus bases y se convirtió, casi de la noche a la mañana, en un negocio de restauración de tal magnitud que rebasó el millar de hamburgueserías en todo el mundo, y era el caer en la pura apología o en la descripción blanda y ñoña de unos personajes que, en buena medida, representan la cara exitosa del sueño americano.

Es más, las cosas no empiezan demasiado bien al respecto y algunos temores se confirman, pero por fortuna el innegable criterio del director John Lee Hancock, autor de títulos como 'Un sueño posible' y 'Al encuentro de Mr. Banks', y el celo profesional que ha puesto en la película el productor Don Handfield, terminan imponiéndose. Eso sí, sitúa en el primer plano de la cinta a un personaje fundamental, Ray Kroc, que fue, en definitiva, el que hizo posible, con su agresiva política comercial y, por encima de todo su principal mandamiento, la persistencia como fórmula de vida. Teniendo en cuenta, por otra parte, que el guionista Robert Siegel ha trabajado sobre un material virgen, fruto de su propia investigación y de la labor de asesoramiento citada de Handfield, hay que reconocer que el acabado cubre sus objetivos.

La película comienza en 1954, cuando Kroc conoce, en su condición de miembro de ventas de una empresa, a los hermanos McDonald y se asombra con sus métodos de trabajo para hacer más rápida y viable la restauración. Es una auténtica revolución que, sin embargo, contempla unos puntos flacos, en concreto en el tema de las franquicias y de una serie de auto-exigencias que no son nada rentables, que van a ser objeto de su atención y mejora.

Algo que supondrá una ruptura de las relaciones entre él y Dick y Mac McDonald, pero que le permitirá hacerse con las riendas del negocio con su astucia personal y su habilidad en materia económica. Con estos datos, se va perfilando el magnífico retrato que la cinta ofrece sobre sus protagonistas y que el productor Handfield supo describir a la perfección.