Sería injusto hablar de fracaso, aunque en el plano comercial lo fue y de forma innegable, porque tiene rasgos de buen cine y una primera hora más que correcta, pero sí que resulta evidente que no se han alcanzado los objetivos propuestos.

El principal obstáculo es que, como reconoció el director Colin Trevorrow, el guion de Trevor Hurvitz tiene 20 años de antigüedad que se dejan sentir en la factura visual de la cinta y que conlleva un envejecimiento prematuro de las imágenes. También juega en su contra un momento culminante del relato en el que el thriller se apodera de la historia, justamente cuando las influencias de 'La ventana indiscreta' se hacen más elocuentes, restando verosimilitud y convicción a la misma.

Sin embargo y a pesar de todo, este tercer largometraje de Colin Trevorrow denota la clase del cineasta y sus posibilidades de futuro, que no son pocas. Autor de 'Seguridad no garantizada' y 'Jurassic World', sabe meter el espectador en el meollo de un drama familiar que se refuerza, con mucho, con la labor de una magnífica Naomi Watts.

Transcurre en un suburbio de la ciudad y, sus protagonistas son la camarera y madre soltera Susan y sus dos hijos, Peter de 8 años y Henry de 12. Ella trata de salir adelante en circunstancias delicadas y precarias, apoyándose sobre todo en un Henry que es un niño prodigio, con todo lo que comporta el tener una inteligencia superdotada que emplea para aliviar las tareas de su madre. El muchacho se siente atraído por la vecina de al lado, Christina, que vive con su padrastro, un policía con influencia en el cuerpo y que es también compañera de clase en el instituto.

Este clásico esquema narrativo, diseñado con impecable pericia, verá cómo se subvierten sus ingredientes cuando Henry observa a través de los cristales de su casa que Christina es objeto por parte de su padrastro de un trato que no puede tolerar. Y armado con las luces de su inteligencia pondrá en marcha un mecanismo destinado a impedirlo. Es entones, en este brusco giro del argumento, cuando la cinta se desorienta y su realidad emite dudas.