Pone sobre el tapete un tema, el del terrorismo y la venganza como método para combatirlo, de plena actualidad, y lo hace (y esto es lo más novedoso y llamativo), desde la perspectiva de una mujer y madre que sufre los terribles estragos del mismo.

Una película que impacta de lleno en el espectador, con algunos momentos especialmente trágicos y demoledores, que ha dirigido con conocimiento de causa el director de origen turco afincado en Alemania Fatih Akin. Es responsable de una filmografía a tener muy en cuenta que incluye títulos como ´Corto y con filo´, ´Contra la pared´, ´Cruzando el puente: los sonidos de Estambul´, ´Al otro lado´, ´El padre´ y ´Goodbye Berlín´.

Presentada en el Festival de Cannes, su protagonista, Diane Kruger, ganó el premio de interpretación, y conquistó el Globo de Oro a la mejor cinta en lengua no inglesa. El director se interesó por el tema del terrorismo y puso en marcha el proyecto a raíz de una serie de atentados cometidos por el partido de ultraderecha 'Clandestinidad Nacionalsocialista' acaecidos en Alemania y que costaron la vida de ocho personas, todas ellas de origen extranjero, a comienzos de siglo.

A partir de ahí lo más importante era establecer una conexión plena entre la víctima principal, que sufre las más graves consecuencias, y el espectador. Aquella es Katja, que verá como su prometedor futuro y el intenso amor que le une a su esposo y a su hijo de seis años se hacen trizas cuando sus dos seres más queridos mueren al estallar un artefacto explosivo en la puerta del negocio familiar.

Una tragedia inconcebible y terrible que le causa un dolor insoportable. Ese es el punto de partida, más dramático imposible, de una cinta que se centra por completo en la figura de una madre desquiciada pero decidida, como sea, a hacer justicia. Confía, una vez detenidos los presuntos culpables, que se cumplirán sus objetivos en el consiguiente juicio, pero las cosas, para su asombro, no salen siempre a pedir de boca.

Es entonces cuando ella misma toma cartas en el asunto. Un plan que moviliza de lleno a Katjia, fruto de la pericia del realizador de llevar las cosas al extremo y lograr así que la actuación de la protagonista sea plenamente compartida por el público. Hay un toque de exageración pero sin que se resienta la trama.