La línea que separa el melodrama del ridículo es muy delgada, y Jorge Algora decide cruzarla sin rubor alguno en esta coproducción hispano- argentina, que supone su segunda incursión en el largometraje de ficción (tras 'El niño de barro', 2007).

Y es que, más allá de sus acartonadas interpretaciones y su rancia puesta en escena, 'Inevitable' se toma tan en serio a sí misma que acaba por resultar delirante.

Ahogada por el exceso de literatura, inverosímil en unos retruécanos de guión que dejan el destino de los personajes en manos del azar y la casualidad (con referencia explícita a Jorge Luis Borges en el personaje de Federico Luppi), la película naufraga de manera estrepitosa en su elaboración de un discurso sobre el amor romántico en el que se dan cita todos los tópicos de la peor telenovela.