[**] Título original: «Les infideles». Nacionalidad: Francesa. Producción: JD Prod-Black Dynamite Films-Mars Distributions-M6 Films-Cool Industriie. 2012. Dirección: Emmanuelle Bercot, Fred Cavayé, Alexandre Courtes, Jean Dujardin, Michelle Hazanavicius, Eric Lartigau y Gilles Lellouche. Guión: J. Dujardin, G. Lellouche, Stephane Jolie, Philippe Caveriviere y Nicolas Bedos. Fotografía: Guillaume Schiffman. Música: Evgueni Galperine. Intérpretes: Jean Dujardin, Guillaume Canet, Mathilda May, Sandrine Kimberlain Aina Clotet, Guilles Lelouch, Geraldine Nakache, Melanie Douety, Isabelle Nanty, Alexandra Lamy. 109 minutos.

No es todo lo brillante y divertida que auguraba y que sus responsables, nada menos que siete directores, pretendían y su humor solo cuaja en forma de destellos imaginativos y divertidos. Esta comedia sobre la tendencia natural del hombre a la infidelidad plantea cuestiones muy serias, pero lo hace, por supuesto, de forma desenfadada y buscando sobre todo la diversión, algo que no siempre, en efecto, consigue.

Para ello imita los modelos del género en su vertiente francesa y, especialmente, italiana, con homenaje a una película trasnsalpina, Monstruos de hoy, dirigida por Dino Risi en 1963 y también formada por varios segmentos. Buena parte de su capacidad de convocatoria se apoya en la presencia de dos nombres ya emblemáticos en el cine galo, el director Michel Hazanavicius y el actor Jean Dujardin, ambos ganadores del Oscar por The artist.

Lo más curioso es que los seis episodios que nutren la película están tan bien ensamblados que da la impresión de que se trata de un producto convencional, más aún cuando algunos de los actores repiten en varios de ellos. En todos, además, priva una visión deliberadamente machista del adulterio, con el propósito de dejar de manifiesto una visión probablemente obsoleta del tema.

De ahí que los personajes masculinos estén convencidos de que engañar a sus esposas es algo natural y consustancial con su género. Es más, insisten en el manido supuesto de que mientras el hombre puede tener una aventura sexual sin más estimulo que el placer, la mujer requiere de requisitos mucho más profundos. Este es el debate que se prolonga casi dos horas, con algunos desfallecimientos.