Sus mejores logros hay que buscarlos en la composición estética, que ofrece imágenes muy sugestivas que, sin embargo, en la mayoría de los casos ilustran sobre un escenario, una isla perdida, apocalíptico y desolador. Por eso, sin duda, fue galardonado con el Goya al mejor largometraje de animación, un premio que va asociado por completo a la inevitable denuncia de las consecuencias funestas de una supuesta explosión nuclear. En esa isla que se ha quedado casi sin vida se mueven dos amigos, Birdboy y Dinki, que perdieron a sus padres y que aspiran a una vida mejor, lo que supone, y eso lo tiene mucho más claro la segunda que el primero, dejar el lugar en el que viven para trasladarse a otro mejor en el que iniciar una nueva existencia.

Adaptación de la novela gráfica de Alberto Vázquez, que se también codirector y coguionista con Pedro Rivero, la cinta retoma los personajes de un corto de animación de 2012, Birdboy, que recibió, asimismo, el Goya. En su versión para la pantalla grande, los dos cineastas han sido fieles solo en parte al texto original, detallando mucho más la obsesión y los planes de huida de Dinki y la actitud positiva de un Birdboy que hace las veces de guardián de los pocos elementos ecológicos que sobrevivieron a la catástrofe. Si para Rivero es su segundo largometraje, tras 'La crisis carnívora' que dirigió en 2007, para su compañero y autor del cómic es su debut en la realización.

Si vista en un plano global 'Psiconautas' interesa y denota la calidad de su grafismo, en cambio entrando en profundidad en ella hay que afirmar que la historia resulta un poco fría, fruto de unos personajes con escasa capacidad para conectar con el público. De ahí que su falta de continuidad lesione a menudo su coherencia. Es, por eso, un producto más destinado a los adultos y, en especial, a los amantes de las novelas gráficas. Fruto de la colaboración entre Galicia y el País Vasco, nadie duda que un comienzo como este puede llevar muy lejos.