No ha ocupado ni lo hará un lugar destacado o incluso resaltable en el panorama del cine de boxeo, que tiene en el cine norteamericano una antología de títulos excelentes, incluso alguna obra maestra, pero sí merece la consideración del aficionado porque aporta al mismo algunas virtudes a tener en cuenta.

Eso sí, su principal handicap es que se ha valido de recursos demasiado exprimidos en el argumento que le han restado originalidad.

Tanto es así que la película es un refrito de ingredientes demasiado tópicos y previsibles que tiene como referente fundamental el Campeón de Franco Zeffirelli, de la que iba a ser, en principio, un remake interpretado por el cantante rapp Eminem.

Fue a última hora, al renunciar Eminem a ser el protagonista para entregarse a preparar un nuevo album, cuando el director Antoine Fuqua optó por re- currir a una Jake Gyllenhaal que, dicho sea de paso y valorando sus méritos, apenas tenía conexión alguna con el pugilismo.

Por eso su labor, sin recurrir a dobles ni a trucos visuales, hay que elogiarla sin titubeos. El guión de Kurt Sutter, desde luego, tiene rasgos inequívocos de 'Campeón' y de otras producciones vinculadas al universo del boxeo, sobre todo la presencia de un púgil, en este caso el campeón mundial de los semipesados Billy Hope, que atraviesa un momento insuperable en el que sus combates se cuentan por victorias, como en el familiar, con una mujer de la que está enamorado y una hija encantadora. Una situación que se transforma por completo al irrumpir de forma imprevista la tragedia en su vida.

Billy ya no será el mismo y el mero hecho de salir adelante, pese al apoyo de Leila y de encontrar a un entrenador, Tick Willis, que se entrega por entero a su causa, es algo que le supera. Estas circunstancias conducen a la ruina y pintan un panorama negro. Con estos ingredientes la cinta pierde intensidad y también capacidad de atracción, viendo su estreno retrasado más de dos años, trasvasando sus mejores recursos a los propios combates de boxeo, bien plasmados, y a la labor de Jake Gyllenhaal, que confirma las cualidades que ya adelantó en 'Brokeback Mountain'.