Acoge numerosos ingredientes de la comedia romántica, aunque tiene rasgos propios de un cuento que acaba imponiendo sus reglas en una fase final en la que el triunfo del amor y de la felicidad son rotundos.

Su único pero considerable defecto es que exagera los términos del «happy end», forzando las cosas hasta niveles que rebasan los límites naturales. Dirigida por el sueco, afincado en Hollywood, Lasse Hallstrom, recuerda, por otra parte, a una cinta suya, Chocolate, que dirigió en el año 2000 y con la que mantiene evidentes puntos de contacto, especialmente el tratamiento de la historia, el tono de fábula y, desde luego, la supremacía del factor gastronómico.

Precisamente este último es el que mejor define un producto que se mete de lleno en dos cocinas, una muy clásica y francesa y otra, basada en la especias y en los fuertes sabores, genuinamente india.

Basada en la novela de Richard C. Morais, editada en 2010 y convertida en un best seller distribuido en 28 países, que sedujo a la productora Juliet Blake, no hay que perder de vista a sus loables comensales, encabezados por la siempre estupenda Helen Mirren y con dos actores indios muy en su papel, el veterano Om Puri y el joven Manish Dayal.

Con una base semejante, la cinta viene a resumir con notas pintorescas el itinerario vital y físico de una familia de restauradores india que emigró en principio desde su Bombay natal a Londres y que poco después, al no adaptarse a la capital inglesa, se establecen en un idílico pueblo del Sur de Francia. Se quedan en él porque el padre, que sigue hablando con su difunta esposa a diario, entiende que el accidente que sufren de automóvil, afortunadamente sin consecuencias, es una señal inequívoca para establecerse allí.

Aunque el resto de la familia intenta convencerle de lo contrario, porque en la pequeña localidad ya hay un restaurante que está enfrente del local que ellos pretenden adquirir -a esos 10 metros que dice el título- y, por si fuera poco, presume de una estrella de la Guía Michelin, el patriarca impone una vez más su voluntad.