Antonio de la Torre por el drama "Caníbal" y Susi Sánchez por "10.000 noches en ninguna parte" recibieron en la noche del lunes el reconocimiento de sus compañeros de profesión en la 23 edición de la gala de los Premios de la Unión de Actores, que ha acogido el Teatro Coliseum de Madrid.

En televisión, el premio al mejor protagonista se lo llevaron Emilio Gutiérrez Caba por "Gran Reserva" y Adriana Ugarte por "El tiempo entre costuras", y en teatro, Asier Etxeandía por "El intérprete" y Kiti Manver por "Las heridas del viento".

El reconocimiento a "Toda una vida" fue para José Luis Sazatornil, "emblema" del cine y del teatro español, con más de cien películas en su trayectoria, entre ellas algunos de los mejores títulos del cine español como "La escopeta nacional" o "Amanece que no es poco".

Su delicado estado de salud le impidió acudir a recoger la estatuilla y en su lugar se proyectó un vídeo en el que el veterano actor lo recibía en su casa con un "gracias mil, las de Sazatornil", que arrancó una ovación de la sala.

La ceremonia, dirigida por Quino Falero y Ana Villa y con los actores Secun de la Rosa y Llum Barrera como presentadores, ha arrancado con la proyección de la secuencia final de "El crepúsculo de los dioses" de Billy Wilder seguida del lema "Defiende tu pasión".

Los primeros en subir al escenario han sido los intérpretes de "El tiempo entre costuras" Carlos Santos y Elvira Mínguez, elegidos mejor actor y actriz secundarios de televisión, y Tristán Ulloa, en la categoría masculina de reparto, mientras que en la femenina se lo llevó Asunción Balaguer por "Gran Hotel".

Reivindicativo Ulloa, dedicó el premio "al 80 % de la profesión que está en paro", mención recurrente a lo largo de la noche por parte de otros premiados, como Belén López, Dani Muriel o el propio Antonio de la Torre, a través de un portavoz, ya que él se encuentra rodando fuera de España.

Susi Sánchez, que sí estaba, afirmó que "10.000 noches en ninguna parte" es una demostración de que "pese a las dificultades que pone el Gobierno, se puede hacer cine escapando de los estándares".

Crítico también fue el discurso de Iñaki Guevara, secretario general de la Unión de Actores, que aludió a "la dura realidad del sector", donde tres de cada cuatro profesionales tienen que trabajar en otra cosa, y denunció que el proyecto de ley de propiedad intelectual "pone en peligro" la gestión de los derechos de autor.

A continuación, Roberto Álamo recogió el premio al mejor actor secundario de cine por su papel en "La gran familia española", con el que ya se llevó el Goya. "La cultura es tan importante como el pan que comemos cada día, a ver si lo escuchan de una vez", señaló desde el escenario.

En la categoría femenina, el premio fue para Belén López por "15 años y un día", un papel por el que también estuvo nominada a los Goya, aunque en su caso se lo llevó Terele Pávez.

Dani Muriel por "Diamantes negros" y Alicia Rubio por su alocada prima Marisa de "La gran familia española" fueron reconocidos como mejores intérpretes de reparto en cine.

Y Olimpia Melinte y Hovik Keuchkerian, ambos nominados a los Goya, como mejor actriz y actor revelación por "Caníbal" y "Alacrán Enamorado" respectivamente.

Pilar Bardem, presidenta de la entidad de gestión de derechos AISGE, entregó la Mención de honor "Mujeres en Unión" a Carmen Pitillas, Dolores Ramírez, Delia Mateos y Pilar Vázquez por ser las impulsoras de la creación de La Plataforma para evitar el cierre de los cines Renoir.

Las cuatro arrancaron también una gran ovación por haber logrado, a través de la colaboración vecinal, recuperar lo que hoy ya son los Cines Zoco Majadahonda.

La gala se cerró con la entrega de los premios de teatro; los secundarios galardonados fueron Felipe Andrés por "El fantástico Francis Hardy" e Inma Cuevas por "Cerda", que dedicó el premio a la directora recientemente fallecida Dunia Ayaso.

Y los de reparto, Luis Callejo por "Los miércoles no existen" y Nuria Gallardo por "La verdad sospechosa".