El gallego Mario Casas ya rueda a las órdenes del asturiano Samu Fuentes. El actor protagoniza Bajo la piel de lobo, cuyo rodaje se completará entre los Pirineos, donde trabaja el equipo desde hace ya varios días, y el Occidente asturiano, a donde se trasladará la filmación los últimos días del mes de marzo.

El equipo de rodaje se presentó anoche en Huesca en un acto en el que además de Mario Casas y el propio director, participaron la actriz Irene Escolar y los productores Javier Pruaño (Nasa Producciones) y Joseba Garmendía (Orreaga Filmak). Completan el reparto Ruth Díaz, Josean Bengoetxea y Kandido Uranga.

Bajo la piel de lobo cuenta la historia de un cazador solitario. Mario Casas es Martinón, el último habitante de un remoto pueblo en las montañas. Su único contacto con otros seres humanos se produce en primavera, cuando la nieve se evapora y desciende al valle para comerciar con las pieles de los animales que atrapa. Sin embargo, con la llegada de una mujer a su vida (Irene Escolar), empezará a experimentar nuevos sentimientos, planteándose seriamente su actitud de lobo solitario. Este singular encuentro le obligará a elegir entre descubrir su vulnerabilidad o abandonarse a su lado más salvaje.

Para convertirse en Martinón, Casas ha tenido que completar un duro trabajo de preparación, ganando doce kilos de peso, y ha alterado su aspecto con una espesa barba. Un personaje "que se ha hecho a sí mismo y que lleva desde niño creando su vida, su historia y su manera de ser", y que tras entrar en contacto con otros seres humanos "desde lo animal, que es lo que él conoce, se va humanizando o le obligan a humanizarse", explica el intérprete.

Bajo la piel de lobo, "una experiencia sensorial"

Bajo la piel de lobo, "una experiencia sensorial"Bajo la piel de loboSegún explica Samu Fuentes, Bajo la piel de lobo es "una experiencia sensorial. Sus personajes transmiten el olor que desprenden sus cuerpos debido al esfuerzo físico en un entorno hostil; la reacción a la sangre que sale a borbotones de un animal herido; el sufrimiento que provocan el hambre y la sed; el tacto de otro ser humano, la reacción corporal a sus besos y caricias en un entorno gélido y desolador. El paisaje además es un elemento clave de la historia. Sus protagonistas vagan por ese espacio abierto buscando el sentido de sus vidas, aunque ese sea la mera subsistencia".