MAR MATO | VIGO

Sus trazos en dibujos animados han contribuido a que obras dirigidas por el coruñés Alberto Vázquez como Birdboy o Decorado hayan logrado premios Goya al mejor corto de animación. Con él, también puso sus granitos de arena para que la película Psiconautas tuviese su Goya en la gala de este año y que, además, se hiciese con el galardón de mejor filme de animación europea en 2016 y con un premio Platino este año. Este mago de las líneas es un joven cangués, Khris Cembe, que con su corto Viaje a pies triunfó en el Festival de Cans en 2016. Con su nuevo proyecto, Soy una tumba, acaba de lograr que el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) le otorgue la segunda mayor subvención del año a un corto de animación.

La cuantía exacta de la ayuda es de 20.527 euros e impulsará la realización de esta pieza audiovisual, un "thriller rural", según él mismo describe, contextualizado en Galicia, concretamente, en O Morrazo. De hecho, entre este mes y el próximo, aprovechará para grabar imágenes reales de la playa de O Canabal, la fábrica derruida situada en las inmediaciones, el monte de A Rúa, Monte Carrasco, playa Melide y Cabo Home; todas estas localizaciones ubicadas en Cangas. Estas tomas se mezclarán con otras de animación a lo largo del filme.

Respecto a la historia, Khris Cembe - que ya había adelantado a FARO en febrero parte de la sinopsis- recordó que establece una conexión con el contrabando y el tráfico de drogas de finales de los años 80 y la década de los noventa. "La temática -amplía- es el abandono de la infancia de un niño solitario que guarda un terrible secreto. Busco desmitificar la vida idílica de los niños que se acostumbra a ver en la animación. Hablaré de la crueldad entre niños y de la que muchas veces los adultos no nos damos cuenta".

Cosiendo las sensaciones e imágenes, habrá un viaje onírico entre sueños y traumas. Precisamente, la idea nació de una pesadilla que Cembe tuvo dos años atrás, aproximadamente, en la que vio cómo una niña arrastraba el cuerpo de otro infante. Quizás por su forma de trabajar o por la necesidad de mitigar parte de la dureza del tema, este creador "intentará hacer poesía visual, sacar belleza de lo malo".

En la actualidad, Cembe ha finalizado la última escritura del guión así como el storyboard. En septiembre, espera arrancar con la animación para acabarla en diciembre o enero. En los meses siguientes, aún le quedarán otros flecos hasta acabarlo en abril y mayo para llegar a tiempo a su estreno en el Festival 3DWire en Segovia, considerado uno de los más importantes de España.

El año pasado, con Viaje a pies, consiguió allí el premio Movistar Plus que establecía presentar allí un próximo corto en un plazo de dos años.

En los próximos meses, además, ayudará a Alberto Vázquez con el storyboard de su nueva película de animación, Unicorn Wars, para después echarle un cabo como director de animación. "Estoy acostumbrado a solapar proyectos. Lo de trabajar con estrés en la animación es un clásico", concluye.