Confirma las virtudes que el realizador Fred Berger había demostrado en sus películas precedentes, tanto en 'Torremolinos 73' como, sobre todo, en 'Blancanieves', un experimento insólito rodado en blanco y negro y en versión muda que fue un relativo pero inesperado éxito en taquilla, y puede afirmarse ya con conocimiento de causa que es uno de los nombres más firmes y con mayor futuro de nuestro cine.

Los cinco años que han pasado desde su anterior largometraje no han hecho otra cosa que sedimentar sus cualidades narrativas y, especialmente, su creatividad, que salta a la vista en una cinta que escribió él mismo y que desprende originalidad por todos sus poros. La suma de aciertos se completa con un reparto espléndido en el que los actores dan lo mejor de sí en sus cometidos, con singular efectividad en los casos de Maribel Verdú, Antonio de la Torre, y José Mota, que reciben el inestimable apoyo de unos secundarios impecables.

Esta especie de mezcla de géneros resalta de modo particular por su condición de comedia, que es el género en el que más se sustenta, pero también aporta cosas relevantes del thriller y del drama familiar. Es una incursión en la clase trabajadora que diseña unos personajes que no atraviesan sus mejores momento, aunque la rutina parece imponerse por encima de todo. Lo que más llama la atención es el "forofismo" del esposo, Carlos, un fanático del Real Madrid que tiene la desgracia de haber sido invitado a una boda la misma tarde que su equipo juega la final de la Copa. Las consecuencias van a ser terribles, ya que aceptará también actuar en la fiesta matrimonial como testigo de su primo, el mentalista Pepe, entregándose a un experimento que va a cambiar radicalmente su existencia.

El trío se completa con Carmen, una mujer todavía joven que contempla con estupor los cambios que se están produciendo en la personalidad del marido, que parece otra persona que se ha enamorado de nuevo. Así, mientras Pepe y Carmen tratan de resolver el misterio de lo que está pasando, que tiene conexión con una masacre que tuvo lugar en Madrid, la historia se va enredando, perdiendo sus rasgos de comedia pero abriendo camino a otras soluciones.