Es el placer de muchos y la pesadilla de otros. Y nunca mejor dicho. Las películas de miedo se han covertido en todo un género que aglutina cientos y miles de amantes. Historias aterradoras, sustos, visceras y terror psicológico son la premisa principal de unos filmes que ya cuenta con una folmografía llena de historia con títulos tan oimportantes como 'El Exorcista', 'Pesadilla en Elm Street' o la más actual 'Insidius'.

Desde el horror japonés hasta las matanzas en institutos americanos, son muchos los que se sienten atraídos por la sensación de temor y agonía que otros muchos rehuyen al ver este tipo de películas. "El género de terror se dirige a nuestros miedos arquetípicos. Se puede ver en toda la historia cómo cada generación ha definido el terror a su manera y se convierte en gran medida en la idea de que es algo fuera de nuestro entendimiento que nos amenaza", explica Paul J. Patterson, de la Universidad Estatal de San José (EE.UU.).Pero, ¿a qué se debe todo esto?

Según un estudio publicado en la revista 'Journal of Consumer Research', tras observar a varias personas en sus experiencias con el cine de terror, llegaron a la conclusión de que "los participantes calificaron sus niveles de miedo de forma similar a la finalización de los vídeos de terror expuestos. Los amantes del cine de terror mostraron mucha más felicidad tras verlos que aquellos que eran enemigos de este tipo de cine".

"En el mundo real, las personas pueden experimentar al mismo tiempo tanto felicidad y tristeza, como euforia y ansiedad. Disfrutan de las emociones, aunque provengan de una fuente negativa, de lo contrario, las cosas podrían ser bastante aburridas", añade Joel Cohen de la Universidad de Florida.