Mientras finaliza el rodaje de Skyfall, la nueva entrega de las aventuras de James Bond, la tercera que protagoniza Daniel Craig, Magazine habla con las nuevas Chicas Bond. La británica Naomie Harris y la francesa Bérénice Marlohe continúan la tradición de mujeres fatales alrededor del agente 007. Pero ambas anuncian cambios: ya no son meras comparsas. Son unas auténticas señoras.

Las chicas, toda una institución. Deslenguadas chicas Almodóvar, imprevisibles, ridículas y sublimes chicas, como el propio director. Y luego las otras, las chicas Bond, una colección de bellas que no dejan de renovarse desde que apareció en pantalla Ursula Andress, la primera. Ursula, Afrodita nórdica de cuerpo mojado y cuchillo fácil, surgió de las aguas para encararse a aquel primer Bond de tupé repeinado y calvicie secreta que era,entonces, en los primeros años sesenta, Sean Connery. Bond con derecho a matar, pero sobre todo Bond con derecho a pernada sobre las sucesivas chicas que, tras la húmeda Ursula , seguirían en cadena....

A poco que uno remueva la lista de chicas Bond, se encuentra con nombres semiolvidados. Pero también con famosas con pedigrí como Diana Rigg, Britt Ekland, Barbara Bach, Carole Bouquet, Maud Adams, Kim Basinger y la grandísima Grace Jones, atípica chica Bond de los ochenta. La italiana Maria Grazia Cucinotta y la oscarizada Halle Berry forman parte de ese pelotón de mujeres que, en apresurada contabilidad, se sitúa en más de sesenta. ¡Ya son chicas, ya! Todas hermosas, todas jóvenes. La mayoría despampanantes. Ejerciendo de mujeres fatales. Algunas con nombres tan divertidos como Pussy Galone o Plenty O´Toole; chicas malas, la mayoría. Algunas buenas chicas, más bien bobas, buenas como objeto del deseo de los sucesivos Bond…

Hasta llegar al último James Bond, el de Daniel Craig, quien ha dotado al unidimensional personaje de cierta consistencia y sustancia, y que, por lo que dicen, cambiará todavía más en Skyfall, la película número 23 de la serie, que se rueda estos días por tierras de China y de Turquía. Un inminente Bond donde, por cambiar, incluso cambian el carácter de esas chicas.

Efectivamente, para celebrar su medio siglo de existencia en el cine (y seguir con el negocio) James Bond volverá este 2012, hacia finales de octubre. La nueva entrega, como ya se ha dicho, tiene por tercera vez a Daniel Craig como protagonista. Su Némesis, su archienemigo, será Javier Bardem, especializado en malos malísimos desde aquel inquietante asesino-de-la-bomba-a-compresión que encarnó en No es país para viejos. Sam Mendes está al frente de la función, un director proveniente del teatro londinense, un tipo sensible y delicado, según cuentan, que estuvo casado con la insumergible Kate Winslet, mucho más correosa y resistente que el propio Titanic que ella protagonizó…

Y poco más se sabe , el secreto rodea el rodaje. Al menos se ha anunciado quiénes serán las nuevas chicas Bond. Son dos. Se llaman Naomie Harris y Bérénice Marlohe, y el número de teléfono para hablar con ellas llega acompañado de unas espectaculares fotografías de ambas (las que acompañan este texto). ¿Quiénes son? ¿Cómo serán estás nuevas chichas Bond?

Naomie Harris, por ejemplo. Treinta y pocos años, actriz experimentada del teatro británico, que apareció en Miami Vice y en las entregas dos y tres de Piratas del Caribe. Además de asegurar que está encantada de trabajar junto a Daniel Craig; que es una gran oportunidad, y que espera que Bond no la cambie en lo más mínimo; vamos, tras explicar lo que cabía esperar, afirma: "El propio Bond, en manos de Craig, está cambiando, y las mujeres seguimos sus pasos. No es que Bond deje de ser lo que es ni que Skyfall vaya a ser un alegato feminista, pero puedo decir que los personajes femeninos son más complejos, mucho más capaces y más inteli¬gentes".

Sobre su personaje, la actriz agrega: "Se ha dicho que encarno a Moneypenny, la eterna secretaria de M, la jefa de Bond; un busto parlante. Bueno, pues tan sólo puedo asegurar (no me dejan contar más) que mi personaje se llama Eve (Eve es también el nombre de Moneypenny). Pero soy algo más que una secretaria; soy una agente de campo con mucha, mucha acción". Para prepararse, explica, se ha entrenado de firme, ha corrido kilómetros y kilómetros, ha hecho karate, yoga, incluso aprendió a saltar de coches en marcha y todo eso que hacen los especialistas de cine. Y también a disparar armas.

La francesa Bérénice Marlohe, por su parte, apenas veinte años, doctorada en anuncios (puede verse uno de ella en televisión donde se niega a pagar un precio tan barato por tan magnífico vehículo) y sensualidad desbordante. Bérénice, en fin, no tiene experiencia como actriz, pero su entrega al papel está a prueba de bomba, asegura. Ella ha luchado por él, consciente de la oportunidad.

No se ha entrenado físicamente con tanta dureza como su compañera; lo suyo, comenta, también en conversación telefónica, es más "de carácter" y de actriz francesa, o sea, de poner cara y cuerpo a un personaje misterioso. Bérénice se refiere a su personaje con un tono de ambigüedad: "No puedo decir si soy amiga o no de James/Daniel, sólo que compartimos besos, y que mi papel no es del todo masculino ni femenino, que hay algo de misterio que no puedo revelar".Misterio, pues.

El misterio que rodea al nuevo 007 que será, señala Bérénice, "el que espera su público, con mucho ritmo y mucha acción". A lo que Harris puntualiza: "Aunque Sam Mendes le dota de un sentido de intimidad que sorprenderá en una serie así".

Chicas Bond, chicas malas, chicas bellas. Después de hablar un rato con ellas, uno intuye que, las nuevas chicas Bond, Naomie Harris y Bérénice Marlohe, más que chicas del montón serán unas grandes señoras en esta serie de 007 que se renueva.

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