La Guardia Civil de Tráfico llevó también a cabo durante la Arribada un dispositivo especial para disuadir de la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas. Durante el operativo, los agentes interceptaron a un conductor que circulaba a velocidad inadecuada sin cinturón. Según los test que se le realizaron, había consumido cocaína y hachís recientemente. A su lado viajaba su esposa, también sin cinturón, y con un bebé en brazos, sin utilizar los sistemas homologados de retención infantil.

En los puntos de control, los guardias realizaron 1.475 pruebas de alcoholemia, 63 de ellas positivas. A diez de los conductores denunciados se les instruyeron diligencias por la vía penal, al superar la tasa de 0,60 mg/l en aire espirado, y podrán afrontar penas de prisión de tres a seis meses, además de sanciones o trabajos en beneficio de la comunidad y la retirada del carné de uno a cuatro años. Se localizaron también cinco pilotos de ciclomotores y uno de motocicleta que habían consumido alcohol o drogas.