ZF se da de plazo hasta 2024 para la venta total o parcial de su división de “safety”

Un responsable del grupo viaja a Vigo para aclarar la operación a la plantilla | Afecta a todas las plantas de seguridad pasiva, con unos 34.000 empleados

Entrada a la planta de ZF en Vigo.

Entrada a la planta de ZF en Vigo. / ALBA VILLAR

J.C.

La venta de la división safety del grupo alemán ZF afectaría al grueso de las plantillas de las fábricas de Vigo y Porriño y del centro de ingeniería de O Caramuxo, cuyos trabajadores pasarán a depender del futuro propietario de esta línea de negocio, mientras que solo una parte minoritaria del personal –sobre todo de servicios centrales, como informática– seguiría vinculada a ZF. Un responsable de la multinacional germana se desplazó precisamente esta semana a Vigo para exponer los detalles de la operación –que aún no se ha cerrado y que forma parte de sus planes para centrarse en la fabricación de componentes para el coche autónomo– a los equipos gallegos y del norte luso. ZF también está ofreciendo salidas voluntarias a sus empleados a través de “acuerdos individuales”, según fuentes sindicales.

De consumarse la venta, sería la tercera vez que las plantas y el centro de ingeniería de la antigua Dalphi Metal cambian de manos en apenas dieciocho años. La compañía española se incorporó primero al grupo estadounidense TRW Automotive en 2005, y más recientemente, en 2015, al grupo germano ZF, como adelantó este periódico. La empresa fabrica airbags en Vigo e insertos de magnesio en Porriño (principalmente, para volantes), en una planta que había sufrido un voraz incendio en 2001 que obligó a una fuerte inversión entonces por parte de Dalphi Metal. A mayores, en O Caramuxo también cuenta con un potente centro de ingeniería de volantes y todo tipo de airbags (tiene otros en Valladolid y Portugal). En la Península, el grupo concentra el grueso de la producción en el norte luso, con una fuerte implantación industrial en Ponte de Lima y Vila Nova de Cerveira (la primera planta se abrió en 1992 en Cerveira y la de Ponte de Lima se inauguró en 2000).

La operación afecta a todo el dispositivo industrial vinculado a la división Passive Safety Technology, con plantas y centros de I+D repartidos por todo el mundo (EE UU, México, Eslovaquia, etc.) y más de 34.000 trabajadores. En Vigo y Porriño, los trabajadores ya estaban al tanto de la venta, aunque un responsable del grupo en Alemania se ha desplazado estos días a O Caramuxo para exponer los detalles de la posible entrada de un inversor que se haga con todo o parte de esta unidad de negocio de ZF, que aún no se ha consumado. De hacerlo, el grueso de la plantilla se vería afectada y pasaría a formar parte de la empresa que asuma la división, mientras que una minoría seguiría vinculada a ZF.

Plazo

El consorcio alemán, que ocupa el tercer puesto en el ranking mundial de fabricantes de componentes de automoción, ha contratado al banco estadounidense Citigroup como asesor en la búsqueda de posibles inversores, entre que los que se barajaría un grupo de capital chino. El valor de esta división rondaría los 3.000 millones de euros (esta línea de negocio generó 3.800 millones en ingresos en 2021, con una cuota de mercado de alrededor del 25% de las ventas globales de equipos de seguridad pasiva) y el objetivo es rearmarse desde el punto de vista del capital para pelear por el liderazgo mundial en componentes para los vehículos eléctricos y autónomos. El grupo se ha dado de plazo hasta 2024 para materializar la operación.

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