Todo o nada: Atunlo se juega su futuro en las "próximas horas"

Acreedores preparan demandas de concurso necesario ante el fin este viernes del blindaje preconcursal

Empleados de la planta de Atunlo en Cambados.

Empleados de la planta de Atunlo en Cambados. / Lara Graña

La ley concursal está diseñada para facilitar, en la medida de lo posible, la continuidad de una empresa insolvente o que esté a punto de serlo. La figura del preconcurso, en efecto –ahora se denomina de inicio de negociaciones con acreedores—otorga a la compañía un plazo de tres meses prorrogables para formular una propuesta que concite el acuerdo con los acreedores y armar una solución de viabilidad.

Durante ese periodo la ley extiende un escudo protector, un blindaje: se pueden formular en contra de la afectada todas las demandas de concurso necesario que se quiera, pero el juzgado no las va a atender porque el foco se pone en una vía de continuidad. Ese parapeto legal pierde mañana sus poderes en el caso de Atunes y Lomos (Atunlo), la pesquera viguesa que ha sido la mayor comercializadora de túnidos de España.

Si Atunlo va a concurso, ya sea voluntario (solicitado motu proprio) o necesario (instado por un tercero), arrastraría a la compañía a la desaparición

El problema no es que quede a merced de una demanda de acreedores, sino que éstas ya se están preparando. Fuentes de toda solvencia consultadas por FARO han comprobado la decisión de al menos una compañía acreedora de formular esta demanda en las “próximas horas o el lunes”. Las mismas fuentes apuntan a que ha sido el experto reestructurador, del bufete Álvarez & Marsal, el que le ha constatado la imposibilidad de sacar adelante el plan de reestructuración, remitido a los acreedores el 26 de abril y desgranado por este periódico.

Eso sí, en Atunlo mantienen activas las negociaciones, sin descanso, como han destacado fuentes directas de su dirección. Que a partir de mañana pueda ser diana de una demanda de concurso necesario no quiere decir que la vaya a recibir, con lo que aspira a ganar más horas para evitar la quiebra. El accionariado sigue con las espadas en alto: el capital se reparte entre la viguesa Comercial Pernas (Coper, 40%), Marpesca (aliada de la primera, 20%) y la atunera vasca Compañía Internacional de Pesca y Derivados (Inpesca, 40%).

El grupo facturó 220 millones de euros en el ejercicio fiscal de 2022 y bajó hasta los 160 millones de euros el ejercicio 2023. En el primer trimestre de este año en curso se anotó unos números rojos de 32 millones de euros, con ingresos inferiores a los 12 millones.

Liquidación

El plan de reestructuración –es el segundo, la primera versión fue rechazada por la accionista vasca Inpesca y la banca—se formuló como un “último intento” de evitar el colapso final. “La mejor alternativa que podemos ofrecer –expone el documento– es mantener la sociedad en funcionamiento y no colocarla en un escenario liquidativo que produciría unos efectos muy negativos en su capacidad financiera conduciéndola al impago del 100% de las deudas financieras, comerciales y públicas”.

Esto es: si Atunlo va a concurso, ya sea voluntario (solicitado motu proprio) o necesario (instado por un tercero), arrastraría a la compañía a la desaparición. Textualmente: “Un proceso concursal situaría a la sociedad en un escenario irreversible y un estado de liquidación que no satisface a nadie”. Provocaría el despido de toda su plantilla, compuesta por más de 200 personas en Galicia, sin contar las factorías como la de Cabo Verde.

El plan de reestructuración pasa por reducir la deuda en un 50%, hasta el entorno de los 60 millones, apelar a que Inpesca acepte cobrar la mitad de sus facturas adeudadas a partir del año 2034 y que el mercado deposite de nuevo su “confianza” en el grupo.

El experto reestructurador, Íñigo Ugarte (de Álvarez & Marsal), se reunió este miércoles con representantes del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) y Xesgalicia. La Xunta quería conocer no solo el estado actual de la situación de Atunlo, sino saber también en qué medida puede ayudar para garantizar la actividad y el empleo.

De este encuentro afloró una sensación cruda, casi de desánimo, ante la complejidad extrema de sacar adelante un proyecto que permita mantener el grupo en pie. Fuentes de la consellería que preside María Jesús Lorenzana volvieron a emplazar al diálogo, aludiendo directamente al peor de los escenarios posibles: la quiebra. En particular, ha instado a las “partes a sentarse, negociar y alcanzar acuerdos para evitar la liquidación. Creemos que desde el acuerdo es posible salvar la actividad y el empleo”. Este jueves han vuelto a pedir un esfuerzo a todas las partes.

La valoración

El valor previsto de la compañía después de ejecutar este plan de reestructuración, si lo consigue, ascendería a 40,5 millones de euros, ligeramente por encima de los 38,2 millones de valor liquidativo (lo que se obtendría con la liquidación del inmovilizado material y las existencias). La negociación entre todas las partes decantará si la llamada al “esfuerzo” al que apela el documento, y del que dependen a su vez más de 200 puestos de trabajo en Vigo y Cambados, cala entre los acreedores.

Atunlo es la sociedad matriz del grupo, que se aprovisiona de materia prima de sus socias armadoras (Inpesca y Marpesca) y de terceros. En sus plantas filiales o asociadas transforma el pescado (maquila), tanto para consumo humano directo como para la conserva. Esta última línea, que es la de los lomos de atún precocidos, solo la explotará la fábrica de Vila Nova de Cerveira (Portugal), que pertenece a partes iguales a Atunlo y Marfrío.

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